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Las comunidades de vecinos recurren a la ley ante el auge de los pisos de uso turístico

La comarca de Pontevedra cuenta con alrededor de 2.000, la mayoría en Sanxenxo - Los administradores de fincas recuerdan que no se puede limitar el derecho de la propiedad y que la solución está "en ser más civilizados"

La comarca de Pontevedra cuenta con alrededor de 2.000 viviendas de uso turístico registradas, la mayoría de ellas en el municipio de Sanxenxo, que suma 1.566. A este le sigue el de Poio, con 199. El tercer lugar lo ocupa la ciudad capitalina, donde actualmente hay 111. Por último, en Marín ya hay 51 viviendas de este tipo oficialmente reconocidas.

Son datos facilitados por la Consellería de Cultura e Turismo, que recuerda que existen otras dos modalidades. Una son los apartamentos turísticos (inmuebles íntegros destinados al turismo), medio centenar en la comarca, 44 en Sanxenxo y 6 en Poio. La otra son las viviendas turísticas unifamiliares aisladas y hay 7 en Poio y 2 en Marín.

Son las viviendas de uso turístico las que más han dado que hablar en el último año al estar integradas en comunidades de vecinos tradicionales y por los problemas generados en las grandes ciudades, especialmente en Barcelona.

Sin embargo, en la comarca pontevedresa esta modalidad de alojamiento para viajeros convive por el momento sin grandes conflictos. A ello ha contribuido el real decreto-ley 7/2019 del 1 de marzo de "Medidas urgentes en materia de vivienda y alquiler", que se convalidó precisamente esta semana. En él se establece que la comunidad de propietarios debe dar el visto bueno a la existencia de una vivienda de este tipo en el edificio a través de tres quintas partes de los votos en junta.

Los administradores de fincas aseguran que ya hay comunidades de la comarca de Pontevedra que han tomado la decisión de limitar esta actividad a través de modificaciones en las escrituras. Quieren, a toda costa, evitar problemas.

Turismo diferente

En cualquier caso, recuerdan los administradores, el turismo que viene a Galicia nada tiene que ver con el da las grandes capitales del resto del país. A ello hay que sumar que una gran parte del alquiler vacacional no se conoce y que si de verdad hay un problema es que hasta ahora eran muchos propietarios los que no declaraban esos ingresos, con el consiguiente perjuicio a las arcas públicas, y no las molestias ocasionadas por los turistas en las citadas viviendas.

"Las comunidades de propietarios pueden limitar, hasta cierto punto, la utilización de esos apartamentos para uso turístico. Y digo hasta cierto punto porque limitar el derecho de la propiedad es algo muy gordo, ya que la gente tiene derecho a usar sus pisos como mejor le conviene. Pueden necesitar alquilarlo para pagar una hipoteca o hacerlo porque, pongamos por caso, se van a vivir a la aldea", asegura Sonia Canay, de la pontevedresa CMC Gestión.

"Tú cuando compras lo haces con la escritura de división horizontal. Si en ella no te dice nada tú puedes comprar con la expectativa de vender, alquilar? Toda la gente que ha comprado viviendas hasta el día de hoy lo ha hecho sin esos límites de los que se hablan ahora. Yo defiendo el derecho de los propietarios a vivir en un edificio tranquilo, pero también es cierto que el otro propietario que quiere alquilar su piso tiene derecho a que sus vecinos no le digan qué tiene que hacer con él", aclara.

En este sentido, puntualiza que lo que se limita a través de este decreto-ley es la capacidad de alquilar de forma rotacional. "También es cierto que no tiene nada que ver un edificio en el que la mayoría de sus habitantes son propietarios con los que abundan los inquilinos", añade.

Desde CMC Gestión ya han procedido en algunas comunidades a la modificación del título constitutivo de la escritura de división horizontal ya que "todos los propietarios de forma unánime" decidieron prohibir el alquiler rotacional de corta duración.

"Nosotros tenemos ya varias limitaciones en estatutos. Esto sucede más fácilmente en comunidades céntricas y en aquellos edificios con servicios jugosos para viviendas de uso vacacional, con piscina, jardines interiores...", explica Canay.

En su opinión, "la norma está bien", pero son los dueños los que tienen que limitar a aquellos que usen sus pisos el hacer fiestas, etc. "La solución es que seamos un poco más civilizados. La mayoría de la gente lo es, el problema es que el 20 por ciento de población que no lo es se hace notar más", concluye la abogada.

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