Tamara Rodríguez es propietaria de un piso de uso turístico registrado en Cambados. Decidió darle ese fin debido al tirón turístico que tiene O Salnés. Valora la experiencia de forma conjunta como positiva. "No hacen más ruido ni molestan más que cualquier otro vecino", asegura. Desde el principio se asesoró, y así continúa, con la Asociación de viviendas turísticas de Galicia, Aviturga, de la que es socia.

-¿Por qué decidió darle este uso a su vivienda?

-Porque es una zona con tirón turístico, así que decidimos hacerlo todo de forma legal. Declaramos todo a la Agencia Tributaria y cumplimos todos los requisitos que se exigen por el decreto. Ingresas un poco más de dinero que con un alquiler tradicional, mientras que el desgaste del piso es menor. Hay que pensar que la gente que viene a este tipo de apartamentos solo duerme en ellos. Pueden hacer la cena y el desayuno, como mucho, pero después se van durante el día a hacer turismo. Son personas que un día se van a Pontevedra, otro a O Grove... No es lo mismo que un alquiler continuo, con el que el desgaste es mayor.

-¿Existe competencia entre este tipo de alojamientos y los hoteles tradicionales?

-Son cosas totalmente diferentes. Yo, cuando puedo, viajo y voy a un hotel y cuando no puedo me voy a un apartamento. En cualquier caso, es una economía que deja dinero. Nosotros recomendamos qué ver, dónde comer, qué visitar...

-¿Se ajusta el decreto a las necesidades de los propietarios que alquilan sus pisos con fin turístico?

-Según el decreto, solo puedes alquilar 29 días al mes, porque si no ya se consideraría un alquiler tradicional habitual. Sin embargo, si yo alquilo 10 de esos 29 días solo puedo desgravar los gastos de los primeros, cuando yo pago la luz, el agua y la calefacción de todo el mes. Los días que está sin alquilar, nos figura como una segunda vivienda. Con esto lo que quiero decir es que parece que tienes muchísimos beneficios por alquilar de forma turística, pero, al final, no hay una diferencia tan grande respecto a un alquiler tradicional.

-¿Dónde anuncian su piso?

-Nosotros trabajamos con Airbnb y con Booking. Airbnb, por ejemplo, funciona de una forma espectacular. El trato con el viajero a través de ellos es buenísimo, así como el pago. La propia plataforma ya vuelca los datos a la Agencia Tributaria desde el 1 de enero por si algún propietario no lo hace. Por otro lado, nosotros pasamos el parte con los datos de los pasajeros que entran y salen a la Guardia Civil, y lo hacemos con todos los mayores de 16 años que entren, cuando en muchos hoteles solamente te piden un DNI.

-¿Cuánto tiempo hace que alquilan su vivienda de esta manera?

-Desde hace un año y medio. Desde que entró en vigor, en mayo de 2017.

-¿Está en un edificio con comunidad de vecinos?

-Sí.

-¿Tuvieron algún problema para empezar a usarlo de este modo?

-Cuando empezamos a hacerlo no se necesitaba autorización de la comunidad de vecinos. Yo sí comuniqué al administrador que lo iba a hacer. De momento, no es algo a lo que se puedan oponer las comunidades de vecinos, pero lo hice.

-¿Cuáles son las normas que deben cumplir los viajeros?

-Somos muy cuidadosos de que se respeten las normas de la comunidad. Es importante decir que vivimos en un piso al lado, por lo que en todo momento sabemos si las cumplen o no. Por ejemplo, no dejamos fumar, hay que respetar los horarios, no hacer ruido...

-¿Han tenido problemas al respecto?

-Nosotros no permitimos ni fiestas ni despedidas de soltero o soltera. Esta es una zona residencial. Incluso aquí, que se celebra la Festa do Albariño, jamás hemos tenido problemas por eso. La gente que viene aquí viene a hacer turismo. El turista que viene a Galicia a alojarse en un piso de estas características no tiene nada que ver con las grandes ciudades como Madrid o Barcelona, que se masifican y generan problemas. En Madrid, por ejemplo ahora se ha establecido que tengan que estar en viviendas turísticas unifamiliares aisladas.