La instalación del andamiaje inauguró ayer los trabajos para tallar la escultura en madera que adornará los jardines de Marescot. El escultor Santiago Castro aprovechará el tocón de un cedro talado para dar vida a una obra especial, que busca por parte de los responsables municipales "redondear un espacio natural de bienvenida a la ciudad", y por parte del autor rendir homenaje a un pontevedrés fallecido.

- ¿Cómo va a reutilizar el tocón del cedro?

-Está cortado a 4,80 metros de altura, no se por qué motivo secó el árbol y quedaron ese tronco y también unas ramas, que hay que aprovecharlas al máximo posible.

- ¿En qué diseño ha pensado?

-Hay dos ramas que van a ser los brazos, otra rama será la nariz y voy a hacer un duende, un duende gigante de casi 5 metros de altura, aprovechando el tocón del cedro entero de arriba a abajo.

- ¿Cómo se le ocurrió la idea de un duende?

-Todos los trabajos que hice hasta ahora son tocones, salen de la tierra y lo que hago es mirar el tocón, imaginarme lo que puede salir de él para aprovecharlo lo máximo posible, por lo menos las máximas zonas del árbol, y darle vida a lo que quede de él. Y en este caso estuve mirando y como tenía dos ramas a una altura de más de dos metros que me parecían dos brazos quise aprovecharlas para darle ese toque más entero. Además de esos brazos hay otra rama que va a ser una nariz pronunciada, así es que es aprovechando la forma que quedó es como me imagino lo que puede haber.

- ¿Llevará pintura, irá tallado..?

-Irá tallado, a veces a alguna obra le doy un toque de pintura de algún color, a alguna parte, pero normalmente queda en madera casi todo el tocón menos algún detalle que suelo tocar y también los ojos, que los suelo meter en una madera distinta, en buxo o en granadillo, en otra madera distinta para que destaquen en la cara.

- Es su primera obra en la ciudad pero no en la comarca...

-En la Finca de Briz hice tres y una también en la Alameda de Marín, de donde soy yo. En la finca hice una lechuza, una ardilla y el último un pájaro carpintero con dos gatos observándolo.

- ¿Pensó en alguna inspiración para el duende?

-Si, yo normalmente firmo los trabajos que hago con el nombre de otra persona, alguien que conozco, que falleció, alguien para dedicárselo, a esa persona y también a sus amigos y a su familia y que no se olvide, así que en vez de con mi nombre pongo el nombre de esa persona y a esa figura le llamo con ese nombre, claro, y en este caso a la escultura que saldrá del tocón del Cedro le llamaré Gerardo.

- ¿Por qué ese nombre?

-Gerardo fue un amigo de Pontevedra que falleció hace unos años. Lo conocí en Marín, también estuve con él en Ons, fue amigo mío durante mucho tiempo y la obra quiere homenajearlo.

- ¿Cómo será el proceso de trabajo en la obra?

-Durará como un mes, usaré varias herramientas, empiezo con una más pesada para darle la forma, después más pequeña para acercarme al detalle y después ya con gubias, trenchas y lijas para el acabado artístico final. También le doy una o dos manos de lasur para que quede protegida la madera, así que le calculo como un mes de trabajo.

- ¿Cómo empezó a trabajar la madera?

-Empecé de carpintero, de chaval, a hacer encajes en la madera para bisagras, para cerraduras y eso. Me ernpezó a gustar el trabajo de madera y a partir de ahí empecé a hacer ya cosas más artísticas, primero colgantes, pipas, y después cuadros y relieves, cosas un poco más grandes. Y así fue creciendo la afición. En los trabajos en los que estuve de carpintero y encofrador a base de interpretar planos y de hacerlos pues me ayudó para hacer dibujos y planos propios y a partir de ahí llevarlo a la madera.

- ¿Cuándo empezó con las obras de mayor escala?

-Hace un año se me presentó la oportunidad de hacer obras más grandes, la primera obra que hice, que fue la lechuza, le gustó a la Asociación Juan XXIII, que es la organización que me da el trabajo y la que tuvo la idea de esto, y al Ayuntamiento de Marín también le gustó. En adelante me dieron alguna obra más y espero seguir gustando ( sonríe) y seguir teniendo más trabajo.

- Usted es carpintero, tiene su propio taller ¿qué faceta le gusta más?

-Me gusta más trabajar esto que poner puertas o tarima, que es un trabajo como otro más, pero me gusta el trabajo artístico. Soy autónoma y trabajo más en colocación, porque hoy en día tampoco se fabrica mucho, coloco muebles, armarios, puertas, reformas de casas, pero este último año más bien me he dedicado a estas obras y esto es más satisfactorio. Ves el agradecimiento de la gente, que te para y dice que les gusta y que gracias por lo que hiciste, es más agradecido. Y además esto como siempre se las dedico a una persona, a su familia y a sus amigos pues también es muy emotivo, es darle una segunda vida al árbol y acordarse de alguien más, así que la gente lo agradece bastante.

- Le gusta especialmente que con su intervención el árbol sigue teniendo vida

-Si, es lo que más: ver el árbol ahí, que se cortó, y en vez de que se tale totalmente a lo que queda de él darle forma. Además muchas veces hay zonas que están estropeadas y donde siguen viviendo bichos, siguen saliendo hongos y sigue teniendo vida el árbol. Y luego como la gente se para a verlo, a hacerse fotos, va a seguir siempre ahí, no es el árbol que dio sombra una vez, pero sigue estando ahí, de otra forma, pero sigue estando ahí, eso es lo que me gusta. Y trabajarlo también me gusta porque vas viendo el resultado y si sale lo que te vas imaginando es muy gratificante.