Algo falla en el modelo de peatonalización escogido para Cruz Gallástegui. Ni el paso de peatones gigante que atraviesa de principio a fin y de lado a lado la antigua calzada ni la gran señal advirtiendo de que se trata de una calle por la no deben circular los coches, salvo residentes y carga y descarga, han logrado disuadir al resto de conductores de utilizarla.

Los comerciantes, que ayer mismo pudieron comprobar cómo sería sin tráfico con la iniciativa "A pé de rúa" organizada por la Concellería de Promoción Económica, son los principales defensores del modelo premiado internacionalmente de ciudad para este tramo en particular. Creen, como ya han manifestado en más ocasiones, que seguir el ejemplo de Benito Corbal, a pocos metros de allí, solo podría reportar beneficios a sus negocios.

En cualquier caso, todos celebran el "A pé de rúa" e instan a repetirla al menos una vez al mes para sacar al exterior sus artículos y servicios y darse a ver.

Desinformación

La Cruz Gallástegui que ayer pudieron disfrutar los vecinos de Pontevedra pide a gritos la peatonalización "real". Aunque el Concello apostó hace tiempo por priorizar a peatones sobre vehículos, lo cierto es que estos continúan circulando por la calle "como si nunca se hubieran enterado de que ya no pueden hacerlo", se lamentan los comerciantes.

Las plazas de estacionamiento se han eliminado, pero los coches no solo transitan por la calle, sino que también estacionan a ambos lados, sobre el paso de peatones gigante o sobre la propia acera. Así lo aseguran los responsables de los diferentes negocios, que echan en falta mayor control de la Policía Local por la zona. "A lo mejor estás varios meses sin ver un coche de la Policía, nunca pasan por aquí. Sin embargo, hay coches de particulares que aparcan durante más de dos horas o de reparto que aprovechan para trabajar por todo el centro", critican.

"Ganan los negocios"

Cada vez son menos los contrarios a la peatonalización porque con ella "siempre ganan los negocios", aseguran los responsables de la Peluquería Benito. "Es una forma de que los niños jueguen en la calle y eso siempre atrae clientela. Se convierte en una especia de zona de juegos peatonal. El problema es que lo que no está muy claro todavía aquí es que no tienen que pasar coches", aseguran.

En este sentido, creen que debería insistirse en la señalización hasta que a los conductores les quede claro, así como intensificar el control.

De la misma forma se manifiestan Mayte Romero, de la tienda de decoración Cien Ovejas, y Nela Viaño, del establecimiento de telas Pontetela, que cree que la peatonalización "nos hace visibles" y facilita que la gente paseando conozca a más comercios que antes no sabía ni que existían.

Por su parte, María Agudo, que acaba de ponerse al frente de la única parafarmacia de la calle, celebra que se haya dado prioridad a los peatones. "Esto beneficia al comercio, siempre pasa mucha más gente. A nosotros nos viene genial", considera.

"La sociedad demanda que las calles sean de los ciudadanos, si hasta los chinos nos dan premios...", dice, por su parte José María Enríquez, dueño de la tienda de moda Girls, que añade que "otra cosa es que haya que facilitar zonas de aparcamiento y parking gratuitas y bien iluminadas".

Enríquez apoya todo tipo de actividades que ayuden a dar a conocer a nuevos públicos los diferentes negocios, como el "A pé de rúa".

"Ahora hay que diferenciar entre consumidores y clientes. Estos últimos son los que quieren tiendas especializadas y un trato personal, mientras que los primeros se han acostumbrado a las grandes cadenas y no valoran esta atención", dice.

Respecto al hecho de que sigan circulando coches por la calle, cree que un cambio de sentido solucionaría en gran medida el problema.