La incidencia de la gripe en el área sanitaria de Pontevedra, que este año se hizo esperar, todavía mantiene ingresadas a 26 personas a causa del virus. Además, la enfermedad provocó, a través de otras complicaciones, la muerte de tres pacientes.
Así lo confirmó ayer la directora de Procesos Asistenciales, Sonia Fernández-Arruti, que aseguró que la demanda en el servicio de Urgencias "ya se ha estabilizado un poco". "Es verdad que hubo hace unos días un incremento, pero ahora se ha estabilizado", recalcó.
"En estos momentos tenemos 26 ingresados por gripe, que es un número que sigue siendo elevado", aseguró respecto a la época del año en la que estamos, con el inicio de la primavera.
Ninguno de los enfermos hospitalizados se encuentran en la Unidad de Cuidados Intensivos, UCI, por lo que no se teme por su vida.
El número de fallecidos, en cualquier caso, es seis veces menor que los que se registraron, según datos oficiales, en el área sanitaria en la anterior campaña, cuando habían sido 18.
Los tres que han muerto por complicaciones derivadas de la enfermedad eran personas mayores con pluripatologías asociadas de los cuales dos no estaban vacunados.
Este año la principal novedad es que el Complexo Hospitalario de Pontevedra ha tenido solo casos de gripe A. "Todas las positividades han sido por el virus A, presente en la vacuna".
La epidemia de la gripe depende de varios factores, pero uno de los que puede agravar su incidencia es el clima seco, como el que ha caracterizado el recién terminado invierno, uno de los menos lluviosos de los últimos años.
"Este año se ha retrasado un poco la onda epidémica, por ello continúa ahora con los últimos coletazos", informó Fernández-Arruti. De hecho, a principios de este mes eran 40 los ingresados.
Según el Sistema de Vigilancia de la Gripe en España, actualmente la comunidad autónoma gallega se encuentra en un nivel de intensidad basal, el más bajo de todos los que se registran.
Mayores de 65 años
La Consellería de Sanidade insiste en la importancia de que los mayores de 65 años se vacunen cada año contra la gripe, independientemente de que tengan otras patologías que pueden provocar complicaciones en su estado tras contraer el virus.
En esta campaña en el área sanitaria de Pontevedra y O Salnés se protegieron de este modo el 57,44 por ciento de los mayores, un total de 38.283, según la información proporcionada por la Dirección Xeral de Saúde Pública. Este porcentaje todavía queda algo lejos del 65 por ciento al que aspiraba el Sergas. Es, de hecho, el segundo más bajo de las siete áreas sanitarias después de la de Vigo, donde solo se vacunaron un 55,51 por ciento de los mayores.
Por el contrario, fueron Ourense (62,54%) y Lugo (62,16%) las áreas con mayor éxito en la campaña de vacunación.
Por otro lado, la campaña de vacunación también se centró este año especialmente en la protección de las mujeres embarazadas y el personal sanitario. Así, el personal de Enfermería Preventiva del Complexo Hospitalario de Pontevedra participó en la difusión de información sobre las vacunas y su aplicación en los dos hospitales pontevedreses, logrando interesantes números de nuevos vacunados, tanto entre los usuarios como de los propios trabajadores.
Entre los consejos básicos para evitar y tratar la gripe, los profesionales del CHOP recuerdan que las infecciones víricas no se tratan con antibiótios y que es recomendable lavarse las manos con frecuencia y evitar toser o estornudar sin ponerse un pañuelo delante de la boca.
La facilidad del contagio de la gripe es tal que el virus puede permanecer vivo durante horas en determinadas superficies, como las manillas de las puertas.
La familia de una anciana de 92 años vecina de Pontevedra denunció ayer que la mujer tuvo que esperar el pasado martes alrededor de una hora y media a que una ambulancia la fuese a recoger a casa tras haberse caído y fracturado la cadera. Una vez en el Hospital Montecelo, aguardó cerca de un día por una cama y finalmente fue desviada a la sanidad privada para ser intervenida quirúrgicamente.
"Urgencias ya da igual el día que vayas. Está siempre igual. Hay una sensación de mala calidad y atención. El personal no tiene la culpa; está claro que es insuficiente. Así no es forma de trabajar", asegura Lola P., una de sus familiares.
Tal y como explica, la anciana se rompió la cadera en una caída en su propia casa, en el centro de Pontevedra. Su hija y su yerno llamaron al 112 y les respondieron "que no se preocupasen, que iba ya una ambulancia en camino".
Sin embargo, se vieron obligados a llamar en varias ocasiones más y solo fue cuando ya había pasado una hora y media cuando el vehículo se presentó en su calle. La única explicación que les dieron era que "venían de un servicio de Redondela".
El mal rato para la anciana y la familia todavía no había acabado, ya que cuando llegaron al Hospital Montecelo, a través del servicio de Urgencias, le fue adjudicada durante horas una camilla en uno de los pasillos, debido a la elevada afluencia de usuarios esa tarde y noche.Tras las reiteradas protestas de sus familiares, fue colocada en la SER, en la que ya hay camas. "Por fin, ahí le trajeron la cena, pero había mucha gente por los pasillos sin medicación y sin bener ningún líquido", se lamenta Lola P.
Por todo ello presentaron una reclamación y pidieron hablar con el jefe de servicio en ese momento.
La mujer tenía que ser operada, pero fue desviada al Hospital Quironsalud Miguel Domínguez ayer a mediodía, casi 24 horas después de su llegada a Montecelo. Fuentes de la gerencia del Complexo Hospitalario negaron a FARO que haya falta de camas, pero no respondieron sobre el resto de circunstancias que provocaron una situación tan desafortunada para la anciana.
