Alrededor de 20.000 vecinos del área sanitaria de Pontevedra padecen apnea del sueño, es decir sufren repetidamente pausas en la respiración que afectan a su salud incrementando los riesgos de angina de pecho, infartos o accidentes cerebrovasculares, entre otros efectos nocivos. De ese total sólo 3.000 están siendo atendidos en la Unidad del Sueño del Complejo Hospitalario, de modo que la inmensa mayoría de los afectados (más de 15.000, según las previsiones más optimistas de los profesionales sanitarios) sufre en mayor o menor grado una privación crónica del sueño.
En general, resulta difícil determinar el número de pontevedreses que padecen trastornos del sueño y solo conocemos los ya diagnosticados. Así, la referida Unidad del Sueño atiende en consulta a unos 3.500 pacientes, 3.000 en tratamiento por patología respiratoria y otros 500 por otras enfermedades.
Más allá de esos casos, la inmensa mayoría continúa sin diagnosticar, básicamene porque ignora que están enfermos. "Si alguien duerme mal entiende que es porque está ansioso, porque está estresado por su vida laboral etc, y solo hay un porcentaje que recurre al médico de Atención Primaria, que lo deriva al especialista", explica el neumólogo Adolfo Baloira, responsable de la Unidad del Sueño de Pontevedra,
Coincidiendo con el Día Mundial del Sueño, que se celebra hoy en todo el mundo bajo el lema Sueño saludable, envejecimiento saludable,el especialista alerta de que "en torno a un 20% de la población general tiene algún tipo de trastorno, no voy a decir patología, pero sí trastorno de la calidad del sueño".
Si no es fácil determinar el número de afectados, sí se pueden establecer las causas más frecuentes de estos trastornos, y la principal es la mala higiene del sueño. Hace mella fundamentalmente en los trabajadores que ejercen en turnos y duermen por temporadas de noche o de día, horarios que de prolongarse en el tiempo desembocan con frecuencia en insomnio.
La segunda causa más frecuente de alteración al dormir es la apnea del sueño, que afecta en torno al 8% de la población general adulta.
La mayor parte de los que la padecen ni lo sospechan. "Como los síntomas van apareciendo poco a poco uno digamos que se va acostumbrando hasta el punto de que no es capaz de diferenciar entre estar cansado o si tiene o no tiene sueño", precisa Adolfo Baloira.
De hecho, añade el neumólogo, es frecuente que sea la pareja la que anima al paciente a acudir al médico "porque nota que cuando está dormido deja de respirar, incluso intenta moverlo porque puede haber pausas respiratorias de un minuto, y normalmente después de la pausa hay un gran ronquido y una inspiración muy profunda... Es como si el paciente llegase a despertar, no del todo, pero casi".
En el Día Mundial del Sueño, Adolfo Baloira anima a no desoir ese tipo de señales, ya que la apnea es un factor de riesgo muy importante de enfermedades cardiovasculares: los afectados tienen la tensión más alta y más riesgo de infartos, trombosis, embolias, etc.
