Al puente de O Burgo le siguió el de A Barca mucho tiempo después. Fue proyecto a finales del siglo XIX como un puente levadizo ante la necesidad de contar con una comunicación directa, y no mediante embarcación, con el norte de la ría. Fue la Diputación quien tomó la iniciativa y en 1868 se aprobaron los planos para construir un puente de madera levadizo que permitiese el paso de las muchas embarcaciones que tenían destino en los muelles, entonces en O Burgo y el de La Galera. Las obras comenzaron en 1872 pero apenas 22 años después se pensó en sustituir el puente de madera por uno metálico. Benito Corbal dirigió las obras que se inauguraron en 1895.

A mediados del siglo pasado el tramo metálico del puente fue sustituido por el de cemento y la última reforma (antes de la actual) fue la ejecutada en septiembre de 1991 cuando los tres arcos del puente en la orilla pontevedresa fueron sustituidas por un único arco de 30 metros. Ya a punto de finalizar el siglo pasado, el puente recibió el último elemento característico de su fisonomía actual que son las marquesinas para proteger a los muchos de transeúntes que lo cruzan a pie cada día y que acaban de ser renovadas con esta última actuación de la Xunta.

Poco después de la construcción del puente de A Barca, en 1895, se levantó el puente del ferrocarril, que entraba en la ciudad por Colón y que permaneció activo hasta que en el verano de 1966 se puso en marcha la nueva variante de la línea entre Vigo y Santiago y quedó inutilizado. Sobresaliendo del Lérez todavía se pueden ver los viejos pilare de este viaducto ferroviario.

Los nuevos puentes

En las últimas cuatro décadas, estos dos puentes emblemáticos han dejado de soportar todas las comunicaciones con el norte de la ciudad. En 1983 se inauguró el tercer puente, denominado como de Santiago; en 1988 (y no sin polémica) se construyó el puente de la Ría para la AP-9 y en 1995 se inauguró el puente de Os Tirantes, que pronto se convirtió en otro emblema de la ciudad pese a su modernidad. Los últimos en construirse son el puente de As Palabras que une Monte Porreiro con Lérez y el puente de As Correntes, entre Domingo Fontán y la avenida de Uruguay.