En un contexto de pérdida poblacional genérica, especialmente agravado para los municipios rurales del interior, Ponte Caldelas consigue marcar una línea estable en su padrón de habitantes y mismo, como sucede en el año que acaba de cerrarse, crecer con 40 nuevas personas empadronadas.

Los datos municipales indican que se pasó de los 5.491 habitantes del año pasado a los 5.531, recuperando así el listón de los 5.500 residentes. Si se analizan los datos en el contexto de los cuatro años del mandato municipal resulta significativa la estabilidad del padrón caldelán, que en 2015 estaba en las 5.540 personas, cifra prácticamente idéntica a la actual.

A tenor de estas cifras, el gobierno tripartito considera que Ponte Caldelas "es un ayuntamiento atractivo para vivir", pues un total de 264 personas se empadronaron por cambio de residencia en el año que finalizó, mientras que el movimiento contrario quedó en 160, es decir 104 personas más decidieron ir a vivir a Ponte Caldelas que las que optaron por desarrollar fuera su proyecto de vida.

Ponte Caldelas no es ajena a los efectos de la inversión de la pirámide poblacional, que afecta a toda España y muy especialmente a Galicia, y así registró 84 fallecimientos por solo 33 nacimientos, es decir, un saldo negativo de 51 habitantes, dato que remarca aún más la importancia del crecimiento producido este año.

Según los datos municipales, una buena parte de los nuevos residentes caldeláns procede de ayuntamientos limítrofes, incluida la capital provincial, mientras que otra, menos importante en volumen, se explica por el retorno de emigrantes.

El alcalde, Andrés Díaz, destaca que Ponte Caldelas fue capaz de "consolidar y estabilizar población y, más allá de que se suban unos cuantos habitantes o se pierdan de un año para otro, el importante es la línea base". Subrayó, además, que el padrón caldelán "está perfectamente purgado", por lo que no espera grandes variaciones en la cifra del Instituto Nacional de Estadística (INE). Desde julio de este año el padrón se gestiona con el programa de la Diputación.

Díaz destacó también que al revisar las series históricas de población se puede comprobar como el municipio pasó de casi 7.000 habitantes en 1996 a correr serio riesgo de bajar de 5.000 en 2014. No fue hasta 2015 cuando se consiguió estabilizar un padrón que, desde entonces, está estabilizado alrededor de los 5.500 habitantes.

El gobierno local defiende que "el ánimo demográfico caldelán es una poderosa razón para reclamar de la Xunta la agilización en los trámites del Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM), pues la principal dificultad para ir a residir a Ponte Caldelas está en la falta de vivienda. En el casco urbano es prácticamente imposible encontrar un piso y las inmobiliarias locales trabajan con listado de espera para alquilar".