No era difícil mejorar la iluminación navideña del pasado año, tras el fiasco del árbol de A Ferrería de entonces y de otras luces de la ciudad. Pero parece que el alumbrado festivo encendido en la tarde de ayer ha causado, en principio, una buena impresión. Bajo un fuerte aguacero, que restó vistosidad y, sobre todo, asistencia a la ceremonia, poco antes de las 18.30 una niña apretaba, acompañada por el alcalde Miguel Fernández Lores, el botón con el que se encendían los casi 400 motivos ornamentales instalados este año por toda la ciudad.

El primero en iluminarse fue el árbol de luces de A Ferrería, una estructura de 30 metros de altura adornada con cientos de bombillas led que cambian de color y que apunta a convertirse en el principal atractivo de este despliegue ya que es posible acceder a su interior para las típicas fotografías. También hay una bola de seis metros en el entronque de Daniel de la Sota y Peregrina, igualmente con unas puertas de acceso.

Tras el fracaso de hace doce meses, el Concello decidió duplicar el presupuesto y mejorar ostensiblemente la calidad, para alborozo de los comerciantes, que ven en esta iluminación un reclamo para animar las ventas de estas fechas. En la ceremonia de ayer estaba presente Miguel Lago, presidente de CCU-Zona Monumental, ya que también se encendió el alumbrado del casco viejo.