José Ramón Prado Bugallo se enfrenta en esta nueva causa a una acusación de blanqueo de capitales por diez millones de euros entre los años 1988 y 2007, mediante la adquisición de bienes inmuebles a través de la inmobiliaria San Saturnino de Cambados.

La agencia se hizo de esta manera, según los investigadores, con un multimillonario patrimonio compuesto por más de 50 fincas, una veintena de casas, naves industriales, bajos comerciales, garajes y trasteros, utilizando el dinero derivado de las actividades ilícitas de Sito Miñanco.

Desde 1988, año en el que esta compañía adquirió una veintena de propiedades, la inmobiliaria habría comprado diferentes bienes durante todos los años de su actividad, a excepción de un pequeño parón a principios de los años noventa. Varias de estas propiedades, además, fueron adquiridas por una sociedad filial de la inmobiliaria y por algunos de los acusados a título personal, según el fiscal.