Como si de un tunel se tratase, sin más iluminación que la de los coches que circulaban por él, así se vieron obligados los peatones a cruzar anoche el puente de A Barca. Mucha indignación e incluso miedo para atravesar un viaducto que de nuevo vuelve a ser noticia con las obras que la Consellería de Infraestruturas está acometiendo y que ha dejado completamente a oscuras a sus usuarios. No es algo nuevo, ya que el invierno pasado los propios vecinos, en una demanda social canalizada a través de FARO, lograron que se repusieran las numerosas luminarias estropeadas desde un año atrás por parte de los dos concellos a los que da uso: Pontevedra y Poio. Ambos ayuntamientos invirtieron en ello cerca de 6.000 euros. Ahora, los afectados dicen no entender cómo una obra de una administración pública se acomete en los dos márgenes a la vez sin prever en ningún momento esta circunstancia, "que cae de cajón".

Los trabajadores de la empresa adjudicataria terminaron ayer por la tarde de desmontar las lámparas en la acera más externa del puente, la que da a la boca de la ría, después de que la otra, la que conecta con el centro comercial quedase desmontada días atrás. Fue la primera noche sin una sola luz en el puente, por el que discurre la PO-531, vial autonómico, de ahí que sea la Xunta la responsable de los trabajos de mejora. La circunstancia pilló totalmente desprevenidos a los peatones, numerosos a las diez de la noche, hora en la que se realizó el vídeo. Se cruzan los que van hacia Poio con los que se dirigen a Pontevedra, muchos de ellos procedentes del centro comercial A Barca, que cierra a esa hora.

Los comentarios de enfado son muchos y los vecinos se muestran muy sorprendidos por la mala organización de los trabajos. "Pensábamos que arreglarían primero un margen y luego el otro. Esto no tiene sentido", asegura uno de San Salvador. La total oscuridad, sumada al estado deficiente del pavimento de las aceras y algún tablón que los operarios colocaron, obligaron a los peatones incluso a hacer uso de las linternas de sus teléfonos móviles.

Lo que más les preocupa es que las obras durarán varios meses y quieren saber si la situación se va a prolongar o si la Xunta tomará alguna medida para paliar el trastorno con la peligrosidad que implica para el tránsito peatonal. Los trabajos comenzaron pasadas las Festas da Peregrina, aunque en principio estaban programadas para el mes de julio. Tienen un presupuesto que supera el millón doscientos mil euros y fueron adjudicadas a la empresa Civis Global.

El de la iluminación no es la única queja que han generado. El Club Naval de Pontevedra ha denunciado que no se les haya notificado con tiempo suficiente que el andamiaje utilizado para las obras impedirá el paso de veleros bajo el viaducto que tienen su atraque en las instalaciones náuticas "bloqueadas".