El ferrolano Ignacio Cuartero ingresó en la Escuela Naval Militar (ENM) en 1986 para formarse como oficial de la Armada. Treinta y dos años después ha vuelto al centro como comandante director.

- A nivel personal, ¿cómo afronta esta nueva etapa?

- Con alegría por volver a Marín y Pontevedra donde viví de niño y donde me formé como oficial de la Armada, con agradecimiento a la Armada por la responsabilidad que me confía y con entusiasmo para hacer frente a este nuevo reto profesional de dirigir la formación de los futuros oficiales.

- ¿Qué le han dicho en casa?

- Mi familia me apoya en este reto como lo ha hecho en todos los anteriores. Ellos también están contentos de volver a Galicia y saben lo importante que es para cualquier oficial de la Armada estar destinado en la ENM.

- ¿Cuáles son sus retos y objetivos al frente de la Escuela Naval?

- Será fundamental seguir potenciando la formación militar y técnica de los alumnos, buscando la excelencia en la enseñanza, tanto en su vertiente militar como en la civil. Mantener y renovar el conjunto de capacidades que posee y necesita la Armada para las misiones que le encomiendan la defensa y seguridad nacional es una tarea que presenta grandes retos en el corto y medio plazo, por todo ello, la Armada no repara en esfuerzos para disponer y formar a los oficiales que la fuerza naval de España necesitará en las próximas décadas, contando ahora como en el pasado con el sólido fundamento de los valores del militar y marino español.

- ¿Cree que aumentan, se mantienen o disminuyen las vocaciones de marino? ¿La oferta de plazas de la academia se ajusta a la demanda?

- La oferta de plazas suele ajustarse y establecerse mediante las disponibilidades presupuestarias del momento, teniendo en cuenta el número de oficiales que se prevé pasarán a la situación de reserva y retiro durante el año correspondiente. En cuanto a las vocaciones, yo siempre trato de ser muy claro y honesto con cualquier joven que piensa en ser marino, pues lo primero que se necesita es tener una gran vocación, ser consciente de que no es una vida para cualquiera, no todo el mundo vale para ello, te tiene que gustar y mucho, ya que es una vida dura, sacrificada personal y familiarmente y con largas temporadas de ausencia. Aunque por otra parte, es una profesión también muy gratificante, de buenos momentos junto a tus compañeros y donde se le da un gran valor a la lealtad, al compañerismo, a la disciplina, al honor; con un verdadero espíritu de equipo, cada uno depende del que tiene a su lado y todos son considerados importantes, y donde una vez cumplida tu misión, lo más importante es la íntima satisfacción de deber cumplido, que es nuestra forma de sentirnos realizados.

- ¿Cuál cree que es la consideración y la percepción que la ciudadanía tiene en general de la Armada?

- Creemos que la percepción, al igual que del resto de las Fuerzas Armadas, es muy buena; al menos eso se desprende de las encuestas de opinión que se realizan periódicamente por los medios especializados. En lo que se refiere a la Armada en concreto, para mejorar esa percepción tenemos que hacer ver y dar a conocer a esa ciudadanía que las unidades de la Armada conforman un conjunto de medios con unas características singulares que diferencian a la fuerza naval de otro tipo de fuerzas; elevada disponibilidad, versatilidad, interoperabilidad, autonomía logística y movilidad estratégica. En la actualidad, cualquier día del año, lo habitual es que entre 20 y 40 buques y unidades de Infantería de Marina de la Armada se encuentran realizando adiestramiento, operaciones de vigilancia y seguridad marítima u operaciones nacionales o aliadas desplegados en el exterior, realizando cometidos que van desde la investigación científica, la vigilancia de pesca, la lucha contra la piratería y la protección del patrimonio arqueológico subacuáticos hasta las de disuasión y defensa de los espacios marítimos de interés de España y sus aliados.

- ¿Con qué pensamiento personal confía en dejar el cargo cuando llegue el momento de su relevo?

- Al finalizar el mando espero haber estado a la altura de la responsabilidad que la Armada me ha confiado, como lo hicieron todos los que me han precedido en el puesto.