- El centro acaba de celebrar en los dos últimos años el 300 aniversario de la Real Compañía de Guardiamarinas y el 75 de su asentamiento en Marín. ¿Le han dejado a usted algo que celebrar?

- Sin duda han sido dos grandes e importantes conmemoraciones, en las que hemos podido constatar el cariño y reconocimiento de Marín y de los marinenses tras una relación de tantos años. No obstante, el ritmo de la Escuela Naval Militar es constante en el tiempo y lleva consigo la realización de numerosas actividades y actos conmemorativos que se hacen a lo largo de cada año escolar y que son muy gratificantes e ilusionantes para quienes formamos parte de esta institución, y que realizamos como si fuese la primera vez. En los próximos tres años España y la Armada celebrarán el quinto centenario de la inigualable gesta de la primera vuelta al mundo. En algunos de sus eventos participarán nuestros alumnos a bordo del Buque Escuela Juan Sebastián de Elcano, hecho del que nos sentimos muy orgullosos.

- ¿Podría contarme alguna anécdota de sus años como estudiante en la Escuela Naval?

- Son muchas las vivencias de los años de alumno, todas formativas para el futuro oficial. Recuerdo un sábado en primer curso en el que con unos compañeros habíamos solicitado comida para salir a la mar en un velero de instrucción. Al empeorar el tiempo decidimos, sin comunicarlo a nadie, no salir a la mar, comer en el comedor de alumnos y pasar la tarde en Marín. Al finalizar la comida ya dispuestos a marcharnos a la calle el profesor de Servicio nos preguntó si nos había gustado, a lo que respondimos afirmativamente. Inmediatamente nos ordenó recoger los bocadillos que habíamos pedido para salir a la mar y subir a la cofa a comérnoslos. Él nos observaba con sus prismáticos por lo que las gaviotas no pudieron ayudarnos y tuvimos que dar buena cuenta de aquellos interminables bocadillos antes de descender del palo. Aquel día no cenamos. Aprendimos la importancia de cumplir las normas, de no malgastar los recursos y que algunas veces, cuando se ha asumido el compromiso, hay que salir a la mar aunque las condiciones sean malas.