El Concello de Pontevedra ha iniciado hoy la inspección de las atracciones y carruseles que se instalan en la explanada del Pazo da Cultura con motivo de la celebración de las fiestas del Santiaguiño do Burgo. Los trabajos técnicos los realiza la empresa Enmacosa Consultoría Técnica, que repetirá esta labor en dos semanas, en las atracciones instaladas para las fiestas de la Peregrina.

La nueva Ley de Espectáculos y Actividades Recreativas de Galicia, que entró en vigor hace algunas semanas, contempla y ampara por primera vez de manera normativa la realización de este tipo de inspecciones técnicas, trabajos que el Concello ya realiza desde hace 16 años y que en los últimos tiempos se extendieron por otras localidades gallegas como Marín, Boiro, Redondela, Poio, Tomiño, Vilagarcía, Ponteareas, Arteixo o Cangas.

Los técnicos siguen un protocolo específico para completar la realización de un examen el más completo posible de cada una de las atracciones. De este modo, solicitan la documentación preceptiva de cada instalación (seguro de responsabilidad civil y sus coberturas, libro de operaciones, manual técnico o proyecto).

Comprueban también que las atracciones carezcan de aristas que puedan resultar cortantes así como de huecos o desniveles sin protección, puntos importantes de corrosión o deficiencias de relevancia en los cordones de soldaduras de las instalaciones, y que las bancadas y apoyos estén correctamente nivelados y asentados.

Se analizan asimismo otros requisitos sobre la seguridad del público y del contorno, como la dotación de extintores o las posibilidades de colisión o solapamiento entre los recorridos de las atracciones y entre estas y los tendidos eléctricos, edificios colindantes, farolas o mobiliario urbano en general.

Con respeto a la estabilidad estructural, la empresa controla que letreros, focos o carcasas embellecedoras tengan garantías de solidez, o que todo tipo de cuerdas, arneses, tensores y demás elementos de seguridad similares muestren un perfecto estado de conservación y estén homologados para su utilización. De hecho, no se permiten cinturones de seguridad desgastados o que generen holguras, ni tampoco cierres que dependan únicamente de un circuito eléctrico, hidráulico o neumático y que, ante una pérdida de presión o corte en el suministro, se puedan aflojar con el peso o lo empuje del usuario.

Todas las revisiones se realizan en su mayor parte mediante una inspección visual de las condiciones del montaje, del estado de conservación de la instalación y del mantenimiento de los materiales, sin entrar a valorar términos relativos al diseño del aparato, que serían objeto de la correspondiente homologación.

Los controles no entran a valorar el estado de las tensiones internas de cualquier eje o componente mecánico, así como las condiciones de funcionamiento de los mecanismos ocultos, que tendrían que ser objeto de un análisis más exhaustivo en instalación fija, con maquinaria adecuada y con el tiempo necesario, es decir, con una inspección técnica regular, similar a las ITV de los vehículos, que hoy no reviste carácter obligatorio para estas instalaciones.

El trabajo se completa finalmente con una revisión del estado de las instalaciones eléctricas y de su correcto funcionamiento, incluyendo pruebas y ensayos de seguridad. Una vez en marcha las atracciones, deberán mostrar en lugares claramente visibles carteles con recomendaciones de interés para los usuarios que detallen específicamente los riesgos y en su caso las limitaciones de edad y altura.

Para la ejecución de este tipo de inspecciones, la compañía cuenta con equipos multidisciplinares compuestos por técnicos especialistas en estructuras, componentes mecánicos, aplicaciones informáticas de control y en instalaciones eléctricas, electromagnéticas, hidráulicas y neumáticas.