Se debió a unas obras que obligaron a realizar un vaciado parcial, pero hasta el momento el embalse del Pontillón de Castro, en la parroquia de Verducido, no ha recuperado sus niveles habituales a estas alturas del año. Aunque sin llegar a los extremos de otros embalses gallegos, convertidos en atractivos turísticos al dejar a descubierta las ruinas anegadas en el pasado, la presa pontevedresa no se acerca ni de lejos al 100% habitual de ocupación en esta época. Según Augas de Galicia y el Concello, se sitúa al 67% a día de hoy, aunque las previsiones apuntan a que mejore paulatinamente.

En mucha mejor situación se encuentran otros embalses de abastecimiento como el de Eiras, en el río Oitavén, al 80%, o el de Zamáns, al 72%, por no hablar del que abastece a Baiona, el de Baiña, que roza el 93%. En cambio, la presa del río Umia apenas llega al 44%, o el de Con, que da servicio a Vilagarcía, que apenas llega al 36%.

En peor situación aparecen otros embalses de Galicia-Costa destinados a la producción hidroeléctrica, como el de Barrié de la Maza, en el río Tambre, al 24%, o el de Fervenza, en el Xallas, al 23%.