Tanto el sector marisquero como el de la náutica deportiva reclaman que no se demore más un dragado por el que aguardan desde hace años. Aunque la tramitación del plan actual comenzó en 2011, ya en 2007 la Xunta anunciaba que se retomaba la idea después de una última retirada de lodos en 1999.

Los análisis de los sedimentos que se acumulan en el canal del Lérez a la altura del Club Naval indican que no van a complicar en exceso su retirada y la actuación consistirá en dos actuaciones distintas: Una que permitirá ganar calado en el Náutico (que mantiene inoperativo uno de sus pantalanes en cuando la marea está baja y el caudal del río es menor) y otra que tiene como objetivo la recuperación de diferentes bancos marisqueros del fondo de la ría y que incluye, entre otras actuaciones, desbloquear alguno de los boquetes que existen en el canal y que actualmente están cerrados.

La regeneración de los bancos marisqueros fue el objetivo con el que arrancó en su día este plan. Al respecto, se estima que una parte significativa de los lodos pueden ser utilizados para esta función. Después se incorporó el dragado del entorno del puerto deportivo ante los graves efectos de la acumulación de sedimentos en sus instalaciones, hasta el punto de que el Club Naval, con 80 años de historia, alertó del riesgo de desaparecer si no se pone fin a los problemas que tienen de calado.

La acumulación de sedimentos y fangos no solo afecta a la actividad náutica del Club Naval, sino que ciega también áreas de trabajo del sector marisquero, al quedar cubiertos los bancos de almejas y otros bivalvos. Es por ello que las cofradías apuesta por este dragado para obtener nuevos espacios de explotación, o recuperar los antiguos, además de aprovechar los lodos retirados para su regeneración con arena de calidad que permita el desarrollo normal del marisco. La medida beneficiaría de forma especial al sector de marisqueo a flote, muy castigado en los últimos años.