El Gobierno Local aprobó en junio una nueva convocatoria de ayudas para viviendas y edificios del ARI del casco histórico y del barrio de Estribela a cargo de los fondos contemplados para el período 2013-2016. Todavía estaba sin asignar más de un millón de euros, 830.000 euros de ellos en el centro histórico. El plazo oficial para justificar las obras finaliza en apenas mes y medio, el 30 de noviembre, pero todo apunta a que se otorgarán prórrogas. De hecho, ya se han solicitado toda vez que la comisión de evaluación todavía estudia las propuestas para esta segunda fase y no hay tiempo material para ejecutarlas en plazo.

Las previsiones para esta nueva convocatoria ascendían a 57 actuaciones en viviendas con un presupuesto protegible de 830.000 euros para la ARI del casco histórico y la 34 actuaciones con un presupuesto de 194.000 euros en Estribela.

En estas fechas se debe concretar qué ocurrirá en 2017, si bien el hecho de que el Gobierno central aún está en funciones apunta a que aún se tardará en resolver el futuro de los fondos. En principio las obras tendrían que estar justificadas a 30 de noviembre de este año aunque las Oficinas de Rehabilitación de ARIs ya han anunciado la intención de negociar una prórroga con Fomento, toda vez que el programa estaba previsto para el periodo 2013-2016 y quedó finalmente reducido a un único ejercicio porque el ministerio no comenzó a aportar los fondos hasta después de octubre de 2015. Además, por vez primera la Xunta no colabora económicamente. No hay aún respuesta de esa posible prórroga.

El deterioro que presentan numerosos edificios del casco viejo hizo que desde 2012 (cuando el barrio fue declarado Área de Rehabilitación Integral) hasta finales de 2015, cuando se convocó la primera fase de ayudas, el número de propietarios interesados fuero muy elevado. Aunque no se llegaron a cumplir aquellas expectativas, ya que se superaron los 60 inmuebles, el número de obras actuales es elevado y puede creer aún más tras otorgarse la segunda fase de ayudas y confirmarse la prórroga.

La Oficina de Rehabilitación del Concello recibió desde 2012 numerosas consultas de los propietarios, por lo que se optó por crear una lista de espera para disponer de todos los datos en el momento en que el ARI estuviera operativo. De los 30 propietarios anotados a principios de 2013, se pasó a un total de 60 en los meses previos a la entrada en vigor del plan. La mayor parte de los propietarios estaban interesados en obras integrales de rehabilitación, cambio de cubiertas o reparaciones de fachadas. También había un grupo que pretende mejorar condiciones de habitabilidad, corrigiendo barreras arquitectónicas o sustituyendo instalaciones eléctricas, de fontanería o de calefacción.