La presidenta de la Diputación, Carmela Silva, manifestó ayer su descontento por la forma en la que se tomó la decisión de iniciar el proceso de fusión entre los ayuntamientos de Cerdedo y Cotobade al considerar que no hubo la suficiente transparencia y debate público en torno a la misma.

Silva aseguró que "nunca estoy cerrada a los cambios y a la toma de decisiones que permitan una mejor gestión de los servicios públicos y, por lo tanto, faciliten la calidad de vida de la gente". Ahora bien, matizó la presidenta de la Diputación, "creo que las cosas hay que hacerlas bien". "Pasaron los tiempos en los que las decisiones se tomaban en despachos a escondidas" y lamenta que, "de repente" en este caso "nos encontramos con una decisión en la que participan tres o cuatro" personas. "No estoy de acuerdo con el modelo", dijo la socialista.

"Creo que las decisiones se deben tomar de forma transparente", después de realizar exhaustivos análisis económicos y sociales, explica. También considera necesario "hacer partícipe a la sociedad de estas decisiones porque no se trata de una cuestión cualquier, es algo importante".

Lamentó que no se hubiera contado con la oposición en estos concellos ni tampoco con la propia Diputación. Un organismo que, recuerda, deberá emitir un informe vinculante en este proceso de fusión. "Yo me enteré de esto por una rueda de prensa de dos alcaldes con el presidente de la Xunta y así no se deben hacer las cosas", finalizó.

Por parte de su socio de gobierno en la Diputación, el BNG, César Mosquera aseguró que parece "que el único plan" del gobierno del PP en la Xunta es fusionar a los ayuntamientos gobernados por este partido y que sean limítrofes y que además "se lleven bien". Algo que no ocurre, dice, por ejemplo, entre Forcarei y Cerdedo, que sería la fusión "más razonable", de ahí que se optase por Cotobade.