Primer paso, informar; segundo, movilizarse para intentar frenar la construcción de una infraestructura "innecesaria" y que califican de "auténtico derroche". Es la conclusión a la que llegaron los vecinos de Pintos, lugar de Marcón, y del área afectada por el trazado de la futura A-57 que asistieron ayer por la mañana a una asamblea informativa, en la que el autor de un informe pericial crítico con la autovía que promueve Fomento expuso detalladamente las razones de la oposición a la obra, que han sido esgrimidas en las alegaciones a la Evaluación ambiental del trayecto de la vía A-57 (Vilaboa-A Ermida) entregadas el pasado miércoles en la Unidad de Carreteras del Estado.

Los impulsores de la iniciativa de sensibilización y oposición a la llamada por Fomento circunvalación se han constituido en plataforma con el nombre "Salvemos A Fracha", una denominación con la que quieren dejar claro que el proyectado tramo de A-57 incomunicará entre ellas a las parroquias por las que discurre el trazado y separará el monte de A Fracha, un espacio de ocio de todos los pontevedreses de la ciudad.

La asamblea celebrada ayer en Pintos dejó en evidencia la inquietud de los vecinos directamente afectados por el trazado viario -que situará taludes de 60 metros, la altura de una edificio de 17 plantas, al lado de sus viviendas- y la preocupación de todo el entorno por las lesivas consecuencias económicas, sobre el patrimonio cultural y natural y sociales de una infraestructura que "es innecesaria".

La llamada futura circunvalación de Pontevedra es un tramo que discurre de norte a sur por lo que no responderá a las necesidades de una circunvalación. Pero además es un proyecto de 6,5 kilómetros del que se ignora cuando o si tendrá continuidad y que supondrá un desembolso superior a los 80 millones de euros.

Alternativas

"No se entiende un derroche de esta categoría y más en tiempos de crisis como los que estamos" apunta uno de los promotores de "Salvemos A Fracha" que recuerda que está proyectada una ronda urbana, más respetuosa con la realidad periurbana de la capital, que canalizará el tráfico circular y que existe alternativa para la A-57: liberar de peaje la autopista AP-9 entre Pontevedra y Vigo.

Los vecinos de Pintos están analizando qué tipo de movilizaciones pueden realizar para intentar frenar la construcción de la, para ellos, mal llamada circunvalación, al tiempo que recaban apoyos entre los de otras parroquias pontevedresas y en el limítrofe concello de Vilaboa. No buscan la modificación del trazado sino que Fomento se olvide para siempre el proyecto.