El cambio de manos que el BNG proyecta para las concejalías de Medio Ambiente, Xuventude y Obras –hasta ahora en manos socialistas–,centra las discrepancias entre ambas formaciones en las reuniones que mantienen para cerrar la reedición del bipartito que gobernó en Poio durante los últimos cuatro años.

El alcalde, Luciano Sobral detalló ayer la propuesta presentada a sus, por ahora, exsocios de gobierno en su último encuentro celebrado el pasado lunes.

Entre los escollos está el traslado del departamento de Medio Ambiente, que dejaría de ser responsabilidad de Gregorio Agís para pasar a Ángel "Chupi" Lodeiro, uno de los recién llegados al gobierno local tras las últimas elecciones municipales.

"No sabemos por qué Medio Ambiente tiene que pasar a otro concejal cuando éste (Agís) conoce el tema y fue el mejor que tuvo Poio. Nosotros la queremos también y no les dimos motivos (para el cambio)", lamentó la líder socialista Chelo Besada.

Para la concejala estas peticiones responderían "un poco a un capricho" del BNG. "No entendemos cuál es el problema, a ellos les quedan Personal, (hasta ahora en manos de Besada) Igualdade e Benestar Social, (de Rosa González, que no repetirá en la administración después de que el PSOE perdiese su tercer edil) que son tres concejalías cuando ellos tienen solo un concejal más", añadió.

Xuventude, área socialista durante el último mandato, podría recaer ahora en otro "de los jóvenes que se incorporaron", Lidia Salgueiro.

El apartado de Obras e Servizos es, por el momento, el que menos recelo presenta ya que Sobral no vería demasiados problemas en que permaneciese bajo la dirección de Besada, como durante los últimos cuatro años.

La formación de la nueva junta de gobierno está también entre los asuntos espinosos de las negociaciones, en las que todavía no se han definido "las prioridades del programa" ni las partidas presupuestarias más importantes, señalaron.

Así, explicó Besada, mientras que su intención es mantener la composición del órgano de gobierno local tal y como hasta ahora, con cuatro representantes nacionalistas y dos socialistas, la intención del BNG sería incrementar su presencia hasta los cinco concejales a costa de reducir a la mitad la representación del PSOE, que se quedaría con un único edil.

En la nueva organización municipal, Sobral propondrá la reducción de los miembros de las distintas comisiones (Cultura, Urbanismo o Hacienda, entre otras) que pasarían de los diez actuales (cuatro de BNG y PP y dos del PSOE) a ocho (cuatro para BNG, tres para el PP y uno del PSOE).

La medida, que afectará también a la representación municipal en los consejos municipales –escolares, de cultura, entre otros– abarataría el coste de la administración aunque no se trataría, apuntó el regidor, de "una reducción importante".

En donde no se producirán cambios será en la presidencia de dichas comisiones, que mantendrían a un representante del BNG como presidente y a los socialistas ocupando la vicepresidencia.

Dedicaciones exclusivas

Por otra parte, BNG y PSOE estarían de acuerdo en el reparto de las dedicaciones exclusivas entre la nueva Corporación, añadió Luciano Sobral, explicando que en ningún caso "superarán las del anterior mandato".

Entonces había dos completas –de las que disfrutaban Sobral y Besada– y dos parciales que se repartían la responsable de Cultura, Silvia Díaz, y la exedil Rosa Fernández.

De llegar a un acuerdo, el BNG cedería una al PSOE, que volvería a Chelo Besada, mientras que los demás salarios se entregarían entre los concejales nacionalistas.