El gobierno local se plantea la posibilidad de limitar la velocidad de circulación a 30 kilómetros por hora en todo el casco urbano, una medida que iría más allá de la Zona 30 aplicada en las áreas de preferencia peatonal y que afectaría a calles destinadas preferentemente a albergar tráfico como Fernández Ladreda, Doce de Novembro y José Malvar, Domingo Fontán o la avenida de Compostela, por ejemplo, donde la velocidad está limitada a 40 o 50 kilómetros por hora, la máxima permitida en áreas urbanas.

Esta posible reducción a 30 por hora en cualquier punto de la ciudad forma parte de las nuevas medidas que el gobierno local estudia en materia de seguridad vial y que ayer fueron expuestas por el concejal César Mosquera en el Encuentro de Ciudades que analiza en Gijón este tipo de iniciativas. Pontevedra fue invitada por la Dirección General de Tráfico (DGT) a exponer en este congreso su experiencia. En su intervención, Mosquera detalló que "durante esta década se actuó de forma coordinada, llevando todos los esfuerzos en una misma dirección, con una intervención masiva en todo el entramado urbano. En estos diez años se adaptaron las soluciones ya existentes en cada una de las vías públicas como peatonalizaciones, Zona 30, segregación de tráficos, medidas policiales, cámaras de control del tráfico, iluminación pública, pasos sobreelevados, bandas, glorietas y educación vial", por lo que, a juicio del edil "aún debemos mantener esta tarea y en la actualidad estamos en condiciones de declarar toda la zona urbana de velocidad máxima en 30 kilómetros por hora".

La instalación de los "lombos" en muchas de las calles de "preferencia rodada" está en el origen de esa posibilidad y un buen ejemplo de ello en Fernández Ladreda, con una amplia batería de estos pasos sobreelevados, que obligan a mantener una velocidad moderada.

En el congreso celebrado ayer (y que prosigue hoy, aunque ya sin la intervención de Pontevedra) se puso de manifiesto la "eficacia" de este tipo de acciones en cuanto a la seguridad vial, toda vez que, según datos de la Policía Local, el número de accidentes de circulación con heridos se ha reducido de forma notable y se cumplen varios años sin fallecidos en las calles reformadas, si bien en el casco urbano, aunque en viales muy alejados del centro y sin aceras adecuadas, sí se han contabilizado este año dos víctimas mortales.