En los setenta Harnecker fue una de las principales ideólogas marxistas del continente americano (su obra Los conceptos elementales del materialismo histórico se reeditó hasta en 63 ocasiones) y hoy se la señala como una de las profesionales más influyentes del entorno de Hugo Chávez. Ayer pronunció la lección de clausura de la SGF.

-¿Se está produciendo un giro en la correlación de fuerzas en América?

-Vengo a la Semana de Filosofía a plantear la diferencia que hay en América Latina entre lo que era la situación en 1991, cuando estuve acá, y lo que es hoy, que hay efectivamente un cambio cualitativo en la correlación de fuerzas muy importante. En aquella época estábamos en un momento negro digamos y hoy en día estamos muy optimistas por lo que está pasando.

-¿Viven esos países un momento de optimismo?

-Por supuesto, el faro de la gente más progresista en estos momentos son los nuevos gobiernos como el de Venezuela y el de Bolivia, gobiernos que apuestan por organizar al pueblo y por cambiar la correlación de fuerzas a partir de la organización popular, el apoyo y la presión popular frente a un estado que se hereda que es terriblemente limitante de los proyectos de transformación. El hecho de que estemos transitando por la vía pacífica y que tengamos que trabajar con esa estructura hace que tengamos que buscar una forma de crear una correlación nueva de fuerzas que permita presionar a ese aparato para irlo transformando. Un ejemplo es la huelga de hambre de Evo Morales, que quizás ustedes no entiendan, pero para mí representa ese gobernante que está absolutamente convencido de que no puede hacer nada sin un pueblo organizado detrás, un pueblo que presione y ayude a quebrar ese aparato que se hereda.

-¿Qué le parecen las críticas a Hugo Chávez?

-Chávez ha sido el dirigente político más importante para América Latina en el sentido de levantar un proyecto de integración latinoamericana, de soberanía del subcontinente, de toda la región, proyectos de integración a todos los niveles (cultural, económico, político etc).

-No me negará que es un hombre contradictorio...

-Que Hugo Chávez es un hombre contradictorio yo lo acepto, que no nos gusta su discurso excesivamente violento y ofensivo lo acepto, tampoco comparto ese discurso. Sin embargo creo que tenemos que trabajar con hombres reales y él es un hombre con esa contradicción y hay que medir lo que significa, el empuje que le ha dado al proceso y su fuerza para levantar un proyecto alternativo, eso está por encima de cualquier tipo de crítica a sus debilidades personales.

-¿Cómo imagina la situación de América Latina a diez años?

-Es impresionante como año a año va cambiando la correlación de fuerzas y va creciendo el proceso popular revolucionario, porque eso es lo importante, que desde los gobiernos se ayude a crecer a la gente, al pueblo, a madurar, a educar muchas veces, hablamos de escuelas de apología de la liberación, la gente actuando y asumiendo responsabilidades está creciendo, no son escuelas de cuadros como en el pasado. Veo como que realmente la integración cada vez es más sólida y en la medida en que haya una integración económica, cultural, una televisión alternativa que ya la tenemos pero todavía no a nivel de cable, cuando sea realmente un compromiso de los gobiernos (porque usted sabe que el problema mediático es un problema fundamental de dominación del imperio) lograremos tener una información alternativa, que es fundamental. Y además hablamos de una integración que apuesta por la equidad, que trata de ayudar como de alguna manera en Europa hicieron con los países menos desarrollados, tratamos de hacer una integración que beneficia a todos.

-Plantean un modelo: la relación Cuba-Venezuela.

-Es la integración modelo, Cuba tiene un potencial de gente formada, de médicos, de profesores, de deportistas, y eso es lo que ofrece a Venezuela y ella necesita petróleo, pues a cambio de eso Venezuela le da petróleo, ese tipo de integración que va buscando qué puede cada país aportar es fundamental.

-¿Obama les parece una esperanza en todo este escenario?

-Hay dos tipos de visión de Obama, la clásica que mira a lo estructural y ve que no ha cambiado el imperio y Obama es una marioneta del imperio; yo particularmente, quizás porque expreso un deseo, estoy convencida de que es un tipo auténtico y va a luchar, no sabemos cuanto puede contra todo el aparato que lo constriñe, pero tenemos que darle un voto de confianza y apoyarlo, porque al fin y al cabo, así como nuestros gobernantes podrán hacer cosas si tienen pueblos organizados, si hay algún tipo de buena voluntad en ese gobernante en la medida en que no empecemos a atacarlo desde el comienzo, a decir que es la marioneta, entonces podrá hacer cosas, porque si no no estaremos ayudando.

-¿Qué opina de quienes afirman que estamos en las postrimerías del neoliberalismo?

­-Soy contraria al determinismo histórico, creo que las crisis son oportunidades para el cambio o para la reestructuración o refundación del neoliberalismo, aquí todo depende de como las fuerzas contrarias se organizan y luchen, no podemos quedarnos con las manos cruzadas viendo como el neoliberalismo se cae, creo que no, creo que si no hay condiciones subjetivas en nuestros pueblos para levantar una propuesta (y eso sí lo veo en América Latina) no pasará.