La muerte de Maximino Couto supondrá, casi con toda seguridad, que el expediente judicial de sus supuestos crímenes en Ponte Caldelas y Mourente el pasado 29 de noviembre quedará definitivamente archivado. Así lo admitió ayer Celestino Barros, el abogado de la ex mujer. "Con su fallecimiento finaliza la responsabilidad penal". Sin embargo, el caso no quedará cerrado por completo ya que, según este mismo letrado, todavía quedarían dudas por aclarar en aquellos dramáticos sucesos, relacionados con las circunstancias por las que se concedió un permiso penitenciario a este maltratados y, sobre todo, qué ocurrió realmente con la pulsera GPS de alarma que portaba Couto Durán cuando mató, presuntamente, a Rosario Peso.

El abogado de Herminia Buceta y su familia todavía no lo tiene decidido, pero baraja la posibilidad de "pedir otro tipo de responsabilidades penales" con respecto a esos fallos. Tras las investigaciones sobre las anomalías en el sistema, y según la última versión de Instituciones Penitenciarias y del Ministerio del Interior, la alarma sí se activó cuando Couto Durán se acercó al domicilio de su ex mujer, de la que tenía una orden de alejamiento, pero un funcionario no lo advirtió, por lo que, a juicio del letrado, se podría haber producido una presunta "omisión" del deber del funcionario en cuestión. En todo caso, Interior apuntó varias veces que ese fallo no habría evitado la muerte de Peso, ya que esta vecina de Ponte Caldelas nunca había denunciado a su novio, que no tenía ninguna orden de alejamiento de ella.

No obstante, este representante legal todavía no se pronunciará definitivamente al respecto hasta disponer del informe final de Instituciones Penitenciarias sobre lo que ocurrió realmente aquella fatídica tarde del 29 de noviembre con la pulsera del maltratador.

"No le quedaba nada"

Al margen de este aspecto del suceso, el abogado de Herminia Buceta y sus hijos está a la espera de conocer con detalle todo lo relacionado con el suicidio de ayer, en especial el contenido de las notas dejadas por Maximino Couto, y explica que "yo personalmente sí me esperaba" que el recluso reaccionara de esta forma "porque después de la muerte de Rosario, a este hombre no le quedaba nada".

La familia pidió ayer a Barros que actuara como su portavoz, con el fin de alejarse todo lo posible del revuelo mediático que no deja de producir este caso. Así, el letrado apuntó que la muerte de Couto Durán significó unos "sentimientos encontrados" para sus hijos. "Hablé con ellos, y además de ser inesperado para ellos, no dejó de ser complejo, porque al fin y al cabo, no dejaba de ser su padre". También se lamentaban de "que nos pase esto a nosotros. No le deseaban la muerte, sino que les dejara definitivamente tranquilos".