C.G. / F.M. / PONTEVEDRA

Portas no quiso dejar pasar su último tren. Los vecinos de esta localidad pontevedresa lograron plantarse en la vía para impedir el paso de un convoy que hoy mismo dejará de transitar por esta estación debido a la entrada en funcionamiento de la nueva variante entre A Portela y Vilagarcía, construida para el AVE.

La puesta en servicio de este nuevo tramo de línea férrea permite reducir el viaje en tren entre Vigo y A Coruña en diez minutos. Sin embargo, para los vecinos de Portas la llegada de la Alta Velocidad supone quedarse sin el ferrocarril como medio de transporte para comunicarse con las grandes ciudades gallegas.

Ayer, unos cien vecinos se colocaron ante el tren para exigir a Fomento que ponga en funcionamiento el AVE del Eje Atlántico, pero también para exigir que mantenga en servicio una línea férrea de cercanías que dé servicio a estaciones como ésta, condenadas a desparecer.

Aviso de Subdelegación

Y lo hicieron a pesar de las advertencias realizadas desde la Subdelegación del Gobierno de que se tomarían medidas contra toda aquella persona que cortara la vía en una manifestación que consideraban ilegal. Desde el órgano gubernativo aseguraban que si se atrevían a detener el convoy, la manifestación sería disuelta.

La Guardia Civil actuó en todo momento con discreción. Media docena de agentes se dejaban ver por la estación y unos 500 metros más abajo, varias dotaciones estaban preparadas por si era necesario intervenir.

A las 19,20 horas pasó el primer tren por Portas, se trataba de un regional que no tenía parada en esta localidad, por lo que los vecinos lo dejaron circular haciendo sonar sus bocinas y desplegando sus pancartas en contra de Fomento.

A las 19,30 decidieron tomar la vía. Con su alcalde a la cabeza, el popular Roberto Vázquez, se plantaron en medio de la línea férrea a esperar al último tren que tenía previsto parar en Portas.

Estaba previsto que el convoy llegase pasadas las siete y media de la tarde pero no lo hizo hasta las ocho. "Incluso el último día llega tarde", bromeaban los vecinos. Con una marcha lenta se plantó a unos metros de los vecinos. El alcalde coreaba con un megáfono "vamos a vía, o tren é noso, non o deixemos escapar".

Durante unos diez minutos exigieron un tren para estas pequeñas localidades a las que el AVE deja sin ferrocarril. En Portas también había gente de Catoira, "la próxima estación en desaparecer".

Uno de los vecinos llegó a colgar un cartel con el nombre de la Plataforma, "Salva o tren", en el parabrisas de la locomotora que fue retirado rápidamente. Otros ahorcaron un muñeco que simbolizaba "o colgados que nos deixa o Goberno ao pobo de Portas". También protestaron por la excesiva presencia de la Guardia Civil. Les pedían que arrestasen a la ministra de Fomento o a la conselleira de Política territorial y "non ao pobo que é honrado".

"Adiós con el corazón"

Después de diez minutos con el tren parado, cuatro agentes de la Guardia Civil que observaban desde el andén se echaron a la vía e invitaron a los vecinos a disolver la manifestación. Éstos obedecieron sin rechistar. El convoy, procedente de Vigo y con destino A Coruña, continuó su marcha. Los vecinos despidieron su último tren con buen humor: cantando "adiós con el corazón".

No obstante, confían en que lo de ayer no sea una despedida ya que anuncian que continuarán con las movilizaciones para que el tren siga parando en Portas.

Los miembros de la Plataforma "Salva o Tren" anunciaron que la próxima será el 25 de julio, día de Galicia, en Santiago de Compostela y añaden que están "dispuestos a llegar a donde sea necesario" para "defender un servicio público". Asimismo, pidieron la dimisión de la Ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, por desmantelarlo y de la conselleira de Política Territorial, María José Caride, "por non saber defender os intereses dos galegos". Además, quieren que se mantenga la parada de tren en Portas mientras no se encuentra una solución definitiva.

El alcalde de la localidad recordó la importancia que tiene la estación no sólo para este municipio, sino para todos los de su contorno, como es el caso de Caldas de Reis, Meis o Barro. En total, calculan que unos 50.000 vecinos de toda la comarca se verán afectados por el cese del servicio.

El alcalde también consideró excesiva la presencia de la Guardia Civil. Cree que "non facía falta tanto despliegue" y lamentó que las medidas de seguridad "non sexan tan fortes" en la nueva vía que entra hoy en funcionamiento "sen que os veciños estén moi ben enterados".

Asimismo, agradeció la respuesta vecinal ya que "ver dez coches da Garda Civil igual asusta, pero agradezo a aqueles que viñeron co seu alcalde a defender algo que é de Portas e que non vamos a deixar que se marche".

La protesta que se presumía tensa transcurrió sin incidentes aunque habrá que esperar a ver si finalmente hay algún tipo de sanción de la Subdelegación.