Los bomberos que denuncian el supuesto "caos" del servicio se concentraron ayer en el concello durante más de cinco horas con el objetivo de entregar en mano al alcalde Miguel Fernández Lores una solicitud de reunión para hablar de la situación del parque.

Su intención era interceptar al alcalde en la junta de gobierno que se celebra los lunes, pero fueron recibidos por un cordón de la Policía Local que les impidió pasar del vestíbulo. Desde las 9.30 al mediodía permanecieron de pie en la escalera, con una barrera de agentes detrás, haciendo sonar pitos y bocinas y con carteles alusivos a su conflicto. A esa hora "fueron invitados" a salir por la Policía Local, por lo que optaron por pasar la solicitud por el registro y concentrarse en el exterior delante de la puerta. Allí estuvieron hasta casi las tres de la tarde, cuando salió del edificio Fernández Lores, a quien "escoltaron" increpándole hasta su coche. Varios agentes acompañaron al alcalde en su trayecto.

Mientras ocurrían estos hechos, el concejal de Seguridad Ciudadana, Guillerme Vázquez, criticaba la actuación de los bomberos, cuyo conflicto definió como "artificial y sin base", pues él mismo y el edil de Personal los recibió "pero como no les dimos la razón insisten con el alcalde".

Vázquez anunció que el gobierno local tomará las medidas necesarias para que no vuelvan a alterar el normal funcionamiento del concello".