X.M. del Caño / OURENSE

La madre de Miguel Ángel Blanco acaba de asistir en Valencia al III Congreso Internacional sobre Víctimas del Terrorismo, tras superar una complicada operación que la mantuvo apartada de sus compromisos públicos durante varios meses. Entre sus proyectos inmediatos, tiene previsto venir a Ourense en el mes de marzo, para ver a la familia, amigos e interesarse por la colocación de un nuevo monumento a su hijo en el Concello de A Merca.

- ¿Cuándo juzgarán al dirigente de ETA Javier García Gaztelu, Txapote, por la muerte de Miguel Ángel?

- Estamos esperando la citación. Él está aquí en España. Nos dijeron que en el plazo de seis meses se celebrará el juicio, pero todavía no se ha fijado la fecha.

- ¿Usted asistirá al juicio?

- Sí, por supuesto. No tengo ganas de verle la cara, pero quiero ponerme frente a él, aunque ya sé como son -después de lo de la cristalería-, no bajan la cabeza.

- ¿Su corazón lo va a resistir fácilmente?

- Intentaré estar serena y tranquila.

- Se supone que ha llorado muchas horas y que ya ha pasado el duelo, desde 1997.

- Pero sigo llorando. El dolor no pasa nunca, continúa ahí. Yo quisiera olvidarlo, pero no es posible.

- ¿Se limitará a prestar declaración y a presenciar la de Txapote?

- Cuando fue el juicio de Eibar, a la persona que lo tuvo en casa y puso el coche a disposición, sí que tuve que declarar, pero en éste no lo sé. De todas formas, intentaré asistir al juicio completo.

- ¿Su marido no lo aguanta?

- Yo le pediré que no vaya.

- ¿Usted tiene más fortaleza, en ese sentido?

- Aguanto más; él revienta y habla. Yo no, en el juicio de Eibar perdí cuatro kilos.

- ¿Qué sentimiento tiene usted hacia estas personas?

- Mucho dolor, mucha rabia, no sé si es odio, creo que es odio, por lo que pido que le salgan muchos años y los cumpla todos.

- ¿Usted se decanta por no darle ni agua al enemigo o por tratar de abrirse al diálogo, para que la muerte de Miguel Ángel y la de otras víctimas sirva para lograr la paz?

- Me gustaría que se lograse un acuerdo de punto final del terrorismo, pero no a cualquier precio. Tampoco quiero que pasen por encima de las víctimas y que se olvide todo, como si no hubiera ocurrido nada. Las víctimas tenemos el daño encima. Entonces queremos que entreguen las armas, que pidan perdón y luego se negocia.

- Pero ustedes no quieren darle un portazo al proceso de paz.

- No, yo quiero la paz, pero no a costa de los muertos. Las personas que cometieron asesinatos, tienen que pagarlo; eso está clarísimo.

- ¿Qué opina usted sobre la confrontación política que se está registrando entre el PP y el PSOE?

- Lo veo fatal. Yo estoy en contra del presidente, porque está haciendo las cosas a nuestras espaldas. Lo primero que tienen que hacer Rodríguez Zapatero es hablar con las víctimas. El presidente tenía que dar la cara en el III Congreso Internacional sobre las Víctimas del Terrorismo que se celebró en Valencia.

- Le tendría miedo a las broncas o agresiones, después de lo que le pasó al ministro de Defensa.

- El que las hace, las teme.

- Dicen que también está politizado el presidente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, José Alcaraz.

- Sí, un poquito.

- ¿Las asociaciones de víctimas del terrorismo de ETA están muy próximas al PP?

- No, hay más del PSOE que del PP.

- ¿Usted cree que las víctimas que son militantes del PSOE también están en contra de la postura de Zapatero?

- Por supuesto, en eso estamos de acuerdo todas las víctimas. Todos exigimos que el presidente hable con nosotros antes de negociar con ETA.