La pandemia no ha podido con el OUFF, el Festival de Cine de Ourense que ayer encendió sus proyectores para celebrar sus bodas de plata. Lo hace con mascarilla, regado de gel hidroalcohólico y prescindiendo de los abrazos pero con el mismo o más empeño por llevar la magia del cine a las salas de la ciudad. "Consideramos la cultura un sector estratégico al que es necesario alejar del peligro de extinción", dijo el director artístico durante su intervención en la gala inaugural que se celebró en el Auditorio a partir de las 20.30 horas y que dio paso al estreno de la película "Olvido y León", del director ourensano Xabier Bermúdez.

Compromiso con la cultura, una acérrima defensa y promoción del audiovisual gallego y un recorrido por la propia historia de este festival protagonizan esta 25 edición, atípica por el Covid-19 pero estable en su programación con una sección oficial en la que compiten diez largometrajes, el apartado de cortos a concurso, bloques temáticos con series como el "Inédito en Ourense" o "Panorama Galicia" y el certamen Fas Muvis.

La gala se celebró con poco público para cumplir con los protocolos Covid, y estuvo conducida por la actriz ourensana Ledicia Costas. El presidente de la Diputación, Manuel Baltar, echó la vista atrás para recordar a "todos todos los que de una manera u otra formaron parte de estos 25 años: desde el primer director e ideólogo del festival, Eloy Lozano, hasta todos los equipos que trabajaron para llegar aquí", señaló.

La de ayer fue también una noche de premios, con el modisto ourensano Adolfo Domínguez y el director de cine monfortino Dani de la Torre como protagonistas. El primero, que estudio cine en París, recibió la Calpurnia Especial 25 aniversario por su faceta como productor de "La moños", la película que inauguró la primera edición del OUFF, en 1996. El diseñador no pudo estar presente en la gala, pero quiso agradecer el reconocimiento a través de un vídeo en el que destacó su colaboración con el festival "cuando aún era semilla. Solo duran las cosas que sirven a la comunidad. Eloy Lozano y los que habéis seguido haciéndolo, algo habréis hecho bien", dijo. Fue su hija Tiziana Domínguez, directora creativa del grupo Adolfo Domínguez quien recogió el premio.

Dani de la Torre, que ha rodado algunas escenas de "Live is life" en el monasterio de Rocas, recibió el Premio Ourense y subió al escenario del Auditorio para recoger su galardón y pedir al público que vuelva a llenar las salas: "El cine es del público y todos tenemos una deuda con él. Depende de nosotros que las salas se llenen de nuevo", dijo.

El recuerdo hacia aquellos pioneros del cine y del audiovisual gallego que abrieron caminos como Eloy Lozano, Chano Piñeiro o José Luis Cuerda está muy presente en esta edición del OUFF, con diversos homenajes, que se mezclan en una programación que se expande por la ciudad a través de las salas 7 y 8 de los cines Ponte Vella, la Biblioteca Pública como sede del Cineclube Padre Feijoo, el Teatro Principal y el propio Auditorio en el que se proyectan las películas de apertura y cierre.

En total, 100 sesiones en una semana de proyecciones y otras actividades, pese a las estrictas reducciones de aforo que imponen las normas sanitarias para frenar la transmisión del Covid. Pese al aforo limitado y a las medidas de seguridad, entre los invitados a la gala inaugural estaban el propio Xavier Bermúdez, Premio Calpurnia en 2018, que regresó a la ciudad para presentar "Olvido y León", acompañado por Monti Castiñeiras. También asistió el actor de origen carballinés Jose García, Premio Calpurnia Internacional en 2019.

El programa de la gala se completa con el estreno del corto "Amanezca", dirigido por la actriz Lucía Álvarez, de San Xoán de Río, y primera pieza del audiovisual español en la que el equipo técnico está plenamente integrado por mujeres. La actuación musical de la gala de inauguración del 25 OUFF corrió a cargo del ganador de un Oscar, Nico Casal.