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Un mercadillo ambulante blindado contra el virus, con ocho vigilantes y Policía Nacional

"Si no le damos esta oportunidad de trabajar, estos vendedores no tienen de qué vivir" explica el presidente de los empresarios de la Plaza de Abastos de As Burgas -

Buena afluencia, ayer, al mercadillo ambulante de As Burgas. // Iñaki Osorio

Las nuevas restricciones fijadas por decreto ante el aumento de casos de coronavirus en Ourense han obligado a suspender varias citas feriales, pero no han impedido la celebración del mercadillo como cada día 7 de mes, una cita ferial que se desarrolló con las más férreas medidas anti-Covid: ocho vigilantes, cuatro de ellos contratados por los placeros, fila única de puestos y hasta la presencia de la Policía Nacional, que se acercó para comprobar que se cumplían las estrictas medidas de seguridad.

El presidente de la Asociación de Empresarios de la Plaza de Abastos de As Burgas, Emilio Pérez, explica que "decidimos convocarlo de nuevo, pero duplicando incluso las medidas sanitarias y de prevención que se exigen y además de esos ocho vigilantes entre personal de la plaza y empresa de seguridad, si la distancia entre puestos que se exige es de 1,5 metros, pusimos 2,5 metros y también puestos más pequeños de los que permite el nuevo decreto".

La razón es solidaria , afirma "pues estos vendedores ambulantes están pasando un momento muy malo. Teníamos que ayudarlos y brindarles la posibilidad de trabajar. El control fue exhaustivo, pero podemos decir que fue mejor mercado que los de julio y agosto, meses en los que no les cobramos el canon para poder ayudarlos".

Reconoce que, pese a la fuerte vigilancia para hacer cumplir todas las medidas impuestas para una cita ferial como esta "también se desplazó la Policía Nacional para vigilar, y estuvimos detrás de cada cliente y vendedor, exigiendo incluso que si el decreto dice que no se pongan puestos de más de ocho metros, estos tuvieran solo cinco metros de largo como máximo", indica Emilio Pérez.

También hubo menos puestos de los habituales, para guardar las distancia entre cada uno, y fueron finalmente 130, cuando lo normal son 230.

Notaron una afluencia mejor que en otras ocasiones, y mejores que en el verano, lo que se cree se debe al inicio del curso escolar y la compra de prendas de vestir para los niños y el buen tiempo reinante. La reina de los puestos de venta está siendo la mascarilla, un producto al alza por la gran expansión que están haciendo el mercado chino de las mismas, y de los más variados modelos.

Por lo demás el riesgo fue "mínimo pues cada vigilante se esforzó al máximo para garantizar el cumplimiento de las normas. La plaza es más segura que nunca", advierte su presidente.

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