Un nuevo contagio por coronavirus en Ourense ha generado cierta inquietud al coincidir con la aparición de varios brotes en el territorio nacional y una aparente relajación en las medidas de seguridad por parte de algunos sectores de la población.

Se trata de un caso aislado, afirma el Sergas, ya que por el momento no se ha detectado ningún positivo entre las personas que han mantenido contacto con este nuevo enfermo, pero la aparición de sendos brotes en el Barbanza y A Mariña lucense mantienen en vilo a las autoridades sanitarias. No es el caso de Ourense, señalan desde el área, pero no deja de ser un aviso claro de que "el coronavirus no se ha ido".

Así lo advierte el médico de la UCI del CHUO, Pablo Vidal, que insiste en la necesidad de cumplir escrupulosamente las medidas de seguridad e higiene de manos. "Mantener la distancia social, utilizar la mascarilla si esto no es posible, y recordar que aunque ya se puede salir de casa y hacer prácticamente de todo, hay que ser cautos y tener claro que esto no está superado y que puede haber un brote o una segunda ola", afirma el ucista.

El nuevo caso eleva a 2.014 la cifra total de contagios en la provincia de Ourense desde el inicio de la crisis sanitaria. Y por primera vez desde el 9 de mayo, al no registrarse ninguna alta nueva, crece el número de casos activos invirtiendo una tendencia que se mantenía a la baja desde hacía más de seis semanas. En todo el mes de junio se han contabilizado 15 contagios nuevos pero más de 160 altas, por lo que la cifra había caído progresivamente hasta los 21.

Con esta actualización de los datos facilitada ayer por la Consellería de Sanidade, el número de casos activos en el área sanitaria de Ourense sube a 22, y todos ellos son domiciliarios, con seguimiento médico. Tanto la UCI como los diferentes hospitales continúan sin ningún paciente ingresado con positivo en Covid-19 y son 1.860 las personas que se han curado en la provincia. 132 no superaron las complicaciones derivadas de esta enfermedad y conforman la cifra de víctimas mortales de la pandemia.

La recuperación de la normalidad asistencial tras decaer el impacto del virus mantiene igualmente la estructura adaptada para atender a pacientes en caso de un brote. Casos aislados o esporádicos, explica el doctor Pablo Vidal, "va a haber y debemos acostumbrarnos porque el coronavirus no va a desaparecer de golpe, el problema surge si se produce un brote grande, por eso es clave evitar que se propague como antes".

En esto trabaja el servicio de Medicina Preventiva que realiza la revisión de los nuevos casos para detectar posibles positivos entre sus contactos y evitar que se amplíen los contagios.

En la UCI, explica Pablo Vidal, "mantenemos la estructura adaptada para no bloquear el resto de actividades del hospital, como las cirugías, si se producen ingresos de pacientes Covid". Pero esto puede mantenerse así con un número limitado de casos, "si se produce una ola como la primera habría que tomar medidas de suspensión de actividades", alerta.

La nueva normalidad ha devuelto la vida a las calles y ha reactivado la actividad económica, pero no debe confundirse esto, insiste el facultativo, "con que no haya riesgo de infección, el riesgo no ha desaparecido y hay que mantener las precauciones".

Por otro lado, el área sanitaria inició este martes la segunda ola del cribado preventivo en las 103 residencias y 32 viviendas comunitarias de la provincia, con el objetivo de detectar de forma precoz cualquier incidente y evitar repuntes de Covid-19.

Once equipos visitan estos equipamientos recogiendo muestras para la realización de la prueba diagnóstica (PCR) y han visitado hasta ayer 15 residencias, en las que se les realizó la prueba a 197 trabajadores y 378 residentes. A la espera de completar todos los resultados, en los obtenidos hasta ayer por la mañana no se detectó ningún positivo.

Por el momento se han realizado pruebas en Santa María de Montederramo, "Ansuiña" (Baños de Molgas), Cabaceiro (Paderne de Allariz), Nuestra Señora de Villanueva" (Allariz), Santa Catalina de Amoeiro, Aspanas (A Peroxa), Ceboliño, Fogar Residencias Blanco Amor (Boborás), Pena da Sela (Irixo), Santa María Real de Entrimo, Fogar Residencial de Rairiz de Veiga, R. Discapacitados Adultos Morgade (Xinzo de Limia) y Aspanas Velle, Residencia Miño y Alameda (Ourense).

Durante la jornada de ayer, los equipos visitaron también las residencias Santa Marina de Aguas Santas, Valverde y O Agarimo, en Allariz; Dacón Fogar Residencial; Maside, Casa Grande; la de mayores autónomos y dependientes de O Carballiño; Fogar Residencial de Taboadela; Santiago Apostol de Monterrei; Nosa Señora de Fátima, de O Barco, y la de Vilardevós.

Desde el área sanitaria de Ourense explican que esta medida busca "garantizar la seguridad de los cerca de cinco mil usuarios, y también de los más de mil trabajadores, habida cuenta de su elevado riesgo frente al coronavirus, derivado de la convivencia en un espacio cerrado de numerosas personas de edad avanzada, muchas veces con salud frágil y pluripatologías crónicas". Asimismo, señalan que "se está actualizando constantemente la información, en contacto con los centros, a los que se les facilitó un enlace directo con el coordinador de su equipo asistencial de referencia en Atención Primaria".

A lo largo de esta crisis sanitaria se realizaron cerca de 8.000 PCRs entre residentes y trabajadores de los centros sociosanitarios de la provincia, lo que representa casi el 40% de estas pruebas en el conjunto del área sanitaria.