En esta etapa de confinamiento familiar, sanitario y de provisión de víveres, los supermercados y tiendas de barrio han comprobado que en el ecuador de la cuarentena. El "top ten"de los productos que adquieren los ourensanos no incluye ya el papel higiénico, sino que se parece más a la despensa de los confinados en la isla de Supervivientes, y son en su mayoría alimentos no perecederos.

"Compran muchas latas de conserva, arroz, legumbres como lentejas habas, muchos paquetes de pasta. En algún caso da la impresión de que se preparan para un periodo especial " explica Begoña, encargada de una conocida cadena gallega de supermercados en O Couto.

Si bien ha aumentado la venta de productos frescos y frutas, el bróculi siguen siendo el condenado en las estanterías. Según Joaquín, de otra cadena gallega "se nota una gran demanda de productos de higiene y desinfección. Junto con la carne y otros productos para congelar por si la situación empeora, algo que nos parece exagerado, está también la demanda de productos como la lejía pura, o los guantes desechables, que se acaban al poco tiempo de ponerlos en la estanterías", explica.

Otras demandas muy generalizadas son las provisiones de agua mineral, leche y cerveza. "El papel higiénico no vamos a volver a venderlo en meses, porque lo compraron todo junto" bromea Marta, empleada de una cadena en Curros Enríquez.

En las tiendas de barrio, la historia es otra. Luciano Fernández, al frente de una de las tiendas más populares de A Ponte "el servicio es todo el año y 365 días, pero lo nuestro son sobre todo los productos frescos, verduras que nos traen productores de pueblos cercanos, y la gente ha cambiado su modo de comprar. Lo hace por la mañana y luego no aparecen en el resto del día por miedo", arguye.

Considera un problema "el que el confinamiento haya cambiado el modo de operar de los productores, pues como querían salir a las fincas o a comprar simiente, los caseños de las zonas del perímetro de la ciudad han bajado la producción. Todo va a cambiar. Estamos preocupados", indica Luciano.

Recuerda que ahora "se habla mucho de los supermercados, pero las tiendas de barrio estamos aquí siempre los 365 días del año, a aunque no hay crisis".