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Cuarentena en los laboratorios del campus

Los investigadores aparcan el trabajo experimental y refuerzan las tareas de documentación y procesado de datos -Las tesis doctorales no se detienen: el catedrático Jesús Simal presidió un tribunal desde su casa

El confinamiento que ha paralizado el país en la lucha contra la expansión del coronavirus tiene también un fuerte impacto en la investigación que se desarrolla en la universidad. Mientras el trabajo científico teórico puede seguir su curso sin más alteraciones que el cambio de escenario, la parte experimental deberá esperar a la reapertura de los laboratorios. En el campus de Ourense, los investigadores continúan en activo desde sus casas reforzando el trabajo en red, redactando informes o proyectos para próximas convocatorias, procesando datos y poniendo al día los aspectos más burocráticos de su trabajo.

El confinamiento tampoco ha paralizado la actividad académica y los doctorandos continúan adelante como pueden con sus tesis. La declaración del estado de alarma ha planteado situaciones impensables hasta hace unos días y la universidad, al igual que otros sectores que mantienen su actividad, se está adaptando a la nueva situación que se prorrogará al menos hasta el 11 de abril. El pasado viernes, el catedrático y profesor de la Facultad de Ciencias, Jesús Simal, presidió desde su casa un tribunal de defensa de tesis doctoral en la Universidad de Salamanca con investigadores de universidades y centros de investigación de España y Portugal.

Simal, que coordina el grupo de Investigaciones Agrarias y Agroalimentarias con sede en el campus de Ourense, confirma que "en las áreas de investigación de ciencias experimentales y de ciencias de la salud, nuestro trabajo en laboratorio está totalmente parado mientras dure el confinamiento". No obstante, añade, "podemos avanzar en el trabajo directamente relacionado con el uso de ordenadores, como el análisis y tratamiento de datos o de información para escribir informes, publicaciones, proyectos... así como revisión de otros trabajos supervisados". Además de mantener el trabajo en equipo a través de sistemas en red y videoconferencia.

Tratando de ser positivos, explica Jesús Simal, el confinamiento "nos permite repensar lo que estamos haciendo e incluso prepararnos para afrontar nuevos retos que nos permitan ampliar nuestra zona de confort. En mi experiencia breve como vicerrector de Internacionalización pude comprobar la fuerza del trabajo en red en cuanto al intercambio de ideas y conocimientos para avanzar en nuevos proyectos colectivos".

Desde casa, el grupo que coordina Simal pudo presentar el pasado jueves 19 un proyecto europeo en la convocatoria H2020-SC6-Transformations que, entre otros objetivos, "pretende contribuir al desarrollo regional implementando una ruta europea del castaño y establecer en cada nodo europeo centros interoperativos de innovación y desarrollo que asesoren a productores y a la administración", explica.

Además, concluye, "siempre estamos atentos a las convocatorias de investigación de captación de talento, ya sea de investigadores en formación como la convocatoria FPU, o de investigadores consolidados como el programa Beatriz Galindo, en estos momentos".

El investigador de la Facultad de Ciencias David Fernández Calviño lidera desde Ourense el proyecto SoildiverAgro, una iniciativa que implica a 22 países europeos y, por lo tanto, afectada de lleno por el coronavirus. La parte ourensana se centra en la búsqueda de alternativas al uso de pesticidas y fertilizantes para mejorar la rentabilidad y calidad de los cultivos. Calviño obtuvo un millón de euros de financiación para ensayos en A Limia y es ahora cuando deberían iniciarse los cultivos. "La parte experimental en laboratorios se ha suspendido y no vamos a poder plantar, por lo que todo se retrasa", explica. Un problema que afecta a otros países, por lo que Calviño planea solicitar a la Comisión Europea extender un año más el proyecto que tienen una duración inicial de cinco años. En todo caso, el tiempo de confinamiento, precisa el investigador, se aprovecha para realizar trabajo de gabinete, escribir artículos y proyectos.

Raquel Nieto y Luis Gimeno son investigadores en Ciencias Atmosféricas y Climáticas y miembros del grupo Ephyslab. Son pareja por lo que pueden trabajar juntos durante el tiempo que dure la cuarentena, aunque con dos niños pequeños "las horas no cunden tanto", señalan.

En su caso, la actividad principal puede realizarse desde casa, "ya que los cálculos los hacemos en remoto en el supercomputador del grupo, que sigue en funcionamiento". La corrección y redacción de artículos, apunta Raquel Nieto, "se puede hacer, aunque se ha visto ralentizada porque la concentración no es la misma, y no es igual tratar en persona con los otros autores del grupo que a distancia".

A pesar de que todos se adaptan a la nueva situación, "hay muchas actividades laterales que se han visto muy perjudicadas". Una tesis doctoral el día 30 que tendrá que ser defendida en modo virtual, y la suspensión de reuniones de proyecto en Oxford, Lisboa y otra en Barcelona del Comité Nacional Clivar España, además de congresos. La crisis sanitaria global también ha alterado la composición del equipo: "Íbamos a recibir en el grupo a una investigadora de Australia, que ya no va a poder venir, y los investigadores visitantes que estaban con nosotros se han ido a sus respectivos países".

Claudio Cerdeiriña, del grupo de Termofísica Molcular, investiga en el ámbito teórico por lo que el confinamiento únicamente le ha cambiado el lugar de trabajo. "Para mí esto está suponiendo lo mismo que cuando me voy de estancia: el estímulo de un cambio de escenario y rutina acompañado de una reducción del estrés provocado por la carga de trabajo habitual". La crisis del coronavirus le ha obligado a cancelar una estancia de investigación en Cornell que había programado para el próximo mes de mayo.

Confinado en casa, Cerdeiriña avanza en la preparación de dos artículos a partir de unos cálculos sobre la "hidratación hidrofóbica" realizados por el también investigador Diego González. El trabajo experimental, que corresponde a Jacobo Troncoso, "deberá ser reprogramado", concluye.

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