D.P.G., de 21 años, fue condenado a dos años y un día de prisión por un delito continuado de robo que se produjo el 2 de julio de 2016, cuando "solo o en unión de otras personas que no han sido identificadas", -según relata el escrito de acusación- accedió al interior de un garaje comunitario en la villa de Allariz.

Los hechos se produjeron una vez dentro del bajo, cuando forzaron el bombín de la cerradura y la ventanilla de un coche con la intención de apropiarse de las cosas que estuvieran en el interior del vehículo.

En ese primer intento no consiguió -o consiguieron- su propósito, pero ocasionando desperfectos al vehículo por un importe de casi 400 euros que fueron abonados por la compañía aseguradora.

En el mismo bajo comunitario, entraron en otro coche logrando hacerse como propio de un taladro y diferentes brocas por un importe tasado en 300 euros. Tras esos dos hurtos, entraron en otro coche donde se apropiaron de unos altavoces marca JVC. Estos amplificadores fueron adquiridos y posteriormente revendidos a J.R.R., de 22 años y con múltiples antecedentes penales. El joven los adquirió "a sabiendas de su ilícita procedencia" y los instaló en el vehículo BMW, propiedad de su padre y habitualmente utilizado por él. La Guardia Civil actúo para recuperar los altavoces y devolvérselos a su legítimo propietario.

Además en el interior del bajo comunitario, entraron en un cuarto coche, apropiándose de unas gafas de la marca Rayban de mujer y de un mando de garaje, por un importe de 156 euros, no constando el importe del desperfecto del vehículo ocasionado.

Por los hechos, expuestos D.P.G. fue condenado a dos años y un día de prisión, con la circunstancia de agravante, además de una indemnización por los desperfectos ocasionados a los propietarios de los vehículos y a la aseguradora de uno de los turismos. El comprador de los altavoces se enfrentará a una pena de seis meses de prisión.