El forense que atendió a una mujer superviviente de la brutal paliza que presuntamente recibió de su marido el 2 de enero de 2017 en una casa de Castrelo do Val señaló ayer en su declaración judicial que las lesiones que presentaba la paciente son compatibles con el relato de las acusaciones, y con la descripción que la propia víctima ofreció al tribunal en la primera sesión del juicio que ayer quedó visto para sentencia en la Audiencia Provincial. En su derecho a la última palabra, el acusado deseó a su ahora exmujer que sea "feliz hasta la muerte".

El acusado, Joao O.A., está acusado de homicidio en grado de tentativa y se enfrenta a peticiones de 10 y 13 años de prisión por parte de la Fiscalía y la acusación particular, respectivamente. La defensa ha pedido la libre absolución o, en caso de condena, que sea por delito de lesiones con las atenuantes de arrebato y dilaciones indebidas, lo que reduciría la condena a entre 2 y 5 años.

Era Navidad y la pareja, de procedencia portuguesa, había ido a pasar estas fechas a una casa que el marido había comprado en Castrelo do Val. La mujer contó que eran las 20.00 horas y que estaba en la cocina preparando una sopa cuando su entonces marido, Joao O.A., se acercó por detrás, y de forma sorpresiva la agarró fuertemente del pelo y le golpeó la cabeza contra la encimera. Herida y aturdida cayó al suelo, entonces el hombre se le subió encima y con una sartén la agredió repetidamente en el cráneo. Supuestamente dándola por muerta, se fue a la cama.

Que no hubiese fallecido de la brutal paliza fue una sorpresa para el presunto agresor que, según el relato de la víctima, al ver que ella abría los ojos le dijo "¡No puede ser, con toda la sangre que hay y no estas muerta!". El médico forense, que ayer declaró en calidad de perito, atribuye esta circunstancia a tres elementos concretos, todos ellos determinantes a la hora de evitar que se hubiese producido un "desenlace fatal".

Por un lado, la masa del instrumento utilizado para golpearla -una sartén- no era suficiente y eso atenuó los traumatismos. Dicha sartén no se identificó pero el forense ilustró con un ejemplo, "el alcance de la lesión no es el mismo si la sartén es de aluminio o de hierro fundido". En segundo lugar, el examen forense reveló que la mujer tiene una hiperostosis frontal interna, una patología que provoca un engrosamiento óseo de forma que si la medida normal es de entre 4 y 5 milímetros, en este caso alcanza los 10 milímetros. "Esto no lo sabía nadie, lo vimos al realizar una radiografía", explicó Serrulla. Esto, unido al resto de elementos esgrimidos por el perito, le salvó la vida porque "evitó la fractura del cráneo". La hiperostosis funcionó como mecanismo de protección de la propia víctima, que recibió los golpes más fuertes, hasta ocho impactos, en la frente. "Si la estructura ósea hubiese sido normal probablemente se habría producido la muerte", indicó el forense.

En tercer lugar, soportar la intensidad de estos golpes y no perder el conocimiento permitió que la mujer pudiese defenderse y atenuar los golpes con sus manos. El examen forense reveló lesiones compatibles con maniobras defensivas.

A preguntas de la defensa, que alega que la mujer se cayó por una escalera, el forense matizó que si bien no se puede excluir dicha posibilidad, "es altamente improbable". Descartó el "origen suicida o accidental" y apuntó a la intencionalidad: "Es improbable en una caída accidental que se produzcan tres heridas inciso contusas similares en el mismo sitio".

Fiscalía y acusación particular mantuvieron en sus conclusiones la intencionalidad de matar. La densa, por su parte, incidió en la incapacidad del acusado, que padece esclerosis múltiple, para cometer los hechos descritos.