Alrededor de un centenar de trabajadoras del servicio municipal de ayuda a domicilio se han concentrado esta mañana frente a la casa consistorial de Ourense, en la Praza Maior. Exigen una solución tras conocerse que la concesionaria dejará de prestar el servicio el 30 de noviembre, tras meses de gestión en precario desde que el contrato caducó el 4 de enero este año. En paralelo, el concurso para renovar la concesión ha quedado desierto al no concurrir ninguna empresa, lo que incrementa la "incertidumbre" entre las 205 personas que conforman la actual plantilla.

La presidenta del comité de empresa, Mónica Márquez, anunció que las movilizaciones se desarrollarán hasta el día 30 porque la situación, afirmó, "no pinta bien". Según ha explicado, la concejala de Servicios Sociales, Eugenia Díaz Abella, les ha indicado que el gobierno municipal ha invitado a tres empresas a presentar ofertas para que sean ellas las que marquen el precio por hora que consideren, y así poder garantizar el servicio a partir de dicha fecha y mientras no se celebra un nuevo concurso público. "Sabemos que una de las convocadas es la la actual pero desconocemos cuales son las otras dos".

La representante de las trabajadoras señala que no es fácil retomar este servicio "de un día para otro", debido a su complejidad. El número de usuarios asistidos ronda los 500, y algunos requieren asistencia hasta tres veces al día. "No es fácil coger este servicio en una semana y ponerlo a funcionar. Las condiciones son inviables y el precio que pagan por usuario no llega para pagar las nóminas, la empresa queda en negativo, por eso no le interesa seguir", señala Márquez. En este escenario, la plantilla denuncia la "incertidumbre" en la que se encuentran: "No sabemos qué va a pasar con nosotros ni con los usuarios".

A la protesta acudieron los representantes sindicales, entre ellos CCOO, UGT y CIG, y también portavoces y ediles del PSOE y del BNG en la corporación local. El nacionalista Luis Seara denunció la gravedad de la situación e instó a la remunicipalización del servicio, recordando que este era uno de los compromisos electorales del gobierno. Esta opción también fue coreada por las trabajadoras durante la protesta.