La jueza Eva Armesto tiene investigados por homicidio a los policías gemelos Roy y Bernardo D. L., al ver "plurales indicios" de que presuntamente mataron a su compañero Celso B. A. para que no se descubriera su implicación en el robo de armas y los anónimos. Ve "del todo ilógico" que el agente se suicidara, como sostiene la Unidad de Asuntos Internos, a la que ha apartado por "omitir" informes, "errores", "faltas de diligencia" y "conclusiones a la postre inciertas". La defensa de los hermanos rebate cada sospecha de la instructora y pide a la Audiencia el archivo, oponiéndose a la acumulación con el robo de armas que lleva el juez Leonardo Álvarez, y por el que Roy y Bernardo declararon como investigados.

"De los informes periciales existentes la tesis más probable sigue siendo el suicidio", señala el letrado Neil González. Cita al forense, a la Brigada Central de Investigación de Delitos contra las Personas, a la Guardia Civil y a Asuntos Internos. Recuerda que la Fiscalía se adhirió en junio a su petición de archivo.

La jueza esgrime una serie de indicios que el letrado discute. En el arma -una de las 6 robadas- se halló mezcla de ADN del fallecido con una tercera persona. La instructora sostiene que podía ser un familiar de los gemelos que la tocara cuando la tenían en casa. La defensa señala que constan residuos específicos de disparo que prueban que Celso se disparó y que el instituto de Ciencias Forenses fijó mucho más probable que el ADN fuera de una persona al azar que de un pariente.

La corredera del arma quedó hacia atrás. La defensa señala que es posible en caso de un empuñamiento forzado, es decir, una sujeción a dos manos, por estrés. La jueza señala que la distancia de disparo fue de 7 a 10 centímetros, lo que apunta a un crimen. El letrado cita al Instituto Nacional de Toxicología y a la Comisaría General para exponer que fue a entre 2 y 4 centímetros, y nunca a más de 6. Añade que la prueba de balística que cita la juez se hizo sobre material distinto al cuerpo.

Otros indicios contra los gemelos son que el cuerpo careciera de heridas, como si hubiera sido colocado. El letrado cita un informe de la Guardia Civil, con recreación 3D, que alude a que Celso estaría sentado y se deslizó sobre la silla. La defensa señala que los mensajes que constan en la causa hablan de una "personalidad compatible" con la idea suicida, a lo que se añade un correo autoinculpatorio de las armas y los anónimos, "motivado seguramente por el hecho de haber causado daños irreparables (...) a personas próximas a él", como Bernardo o una policía investigada en la Zamburiña, "lo que unido a que con el robo de armas no hubiera conseguido su propósito, obtener el puesto de armero, habría desembocado" en el suicidio, sin "poder aguantar la vergüenza". La jueza recuerda que la Unidad de Análisis de Conducta descartó la hipótesis de una muerte autolítica. El letrado afirma que omitieron informes y parten de que la despedida no la hizo Celso, "cuando en la causa en ningún caso" se prueba.

La magistrada alude a manchas de sangre o una marca sospechosas. El letrado cita informes de la Guardia Civil y Científica. En uno de esos dictámenes se descartaron "patrones alterados, como vacíos o marcas de pisadas". La marca es anterior a las salpicaduras de sangre, determinó la Comisaría General. Bajo el cuerpo había un papel con pólvora. Quemarla no genera residuos específicos de disparo, alega. Además, descarta como indicio la comparación de horas entre la subida de Celso por el ascensor y el ordenador, porque hay desfase entre las propias cámaras. Que su móvil se situara en su casa en las fechas de los anónimos "no descarta de forma tajante que estuviera en comisaría".

Además cuestiona que "ese criterio de geolocalización" no sirva con Bernardo, cuyo móvil sitúa en el complejo de Monterrei ese día, lo que descarta que hubiera bajado oculto en el coche. La teoría de que se colara por un pasadizo para pasar desapercibido, desde el aparcamiento, la rebate con que en ese conducto ninguna de las 14 huellas halladas era de los hermanos y que las plazas alejadas del tiro de cámara eran 8, no solo una, y usadas por varios agentes

González critica a la UDEV, a la que pidió aparta, sin éxito: "Parece que a medida que avanza la causa, ven la cosas mejor y observan cosas que todos los que han estado en la causa no han observado".