A. G. G., un hombre de 32 años, se conformó ayer con una condena de 17 meses de prisión más 180 euros de multa, por quebrantar la orden de alejamiento que le impedía acercarse a su expareja y su hijo menor, y por agredir a agentes. Es un reincidente múltiple. Fue condenado cuatro veces con anterioridad, entre 2011 y 2013, por quebrantamientos. Estuvo mes y medio en prisión preventiva por estos hechos.

Un auto de mazo de 2013 de Instrucción 3, el juzgado contra la violencia machista, le prohibía estar a menos de 500 metros de su expareja y su hijo pequeño. En 9 días de marzo y abril mantuvo la pulsera GPS sin recargar. Uno de los días tuvo abierta la correa que ajusta el brazalete al cuerpo. En seis jornadas separó la pulsera de la unidad que la rastrea, impidiendo la labor de control. Además, incumplió la orden de alejamiento en múltiples franjas horarias de 9 días. El 25 de abril de 2018, fue sorprendido por policías que vigilaban el alejamiento. Huyó, uno de ellos le dio alcance, contra el que ejerció resistencia, provocando la caída al suelo de los agentes, a los que agredió con un mechero, causándoles lesiones leves.