El firme está picoteado y cuesta distinguir, entre la amalgama de materiales, qué es tierra y qué asfalto. Solo hay 4 kilómetros de distancia entre el centro de la ciudad, el Parque de San Lázaro, y Rairo, uno de los núcleos rurales del municipio de Ourense. Los impuestos igualan a los vecinos pero los servicios y las infraestructuras los separan muchas veces. "El camino das Carrixeiras está sin limpiar, destrozado, se hunde. Se arreglaron los otros pero no el nuestro. De vez en cuando los vecinos tenemos que tapar agujeros", se queja Manuela Pérez, que reside allí. "Yo ya he reventado cuatro o cinco ruedas, con semejantes agujeros queda incrustado", dice. La vecina afirma que han pedido al Concello que arregle la zona. "Puse una reclamación, llevé fotos pero nada. Mi camino está olvidado".
