José Manuel Lage Parente hace hoy realidad su sueño de tener un Museo del Médico Rural en el que poder homenajear a todos aquellos doctores que trabajaban sin descanso y que iban a los domicilios de todos sus pacientes por caminos de tierra y con escasos recursos. En su Maceda natal y rodeado de su gente, muestra con orgullo todo lo que la medicina le ha enseñado y dado. "La figura del facultativo que era un héroe del silencio y un artesano del oficio es en la que nos basamos", asegura José Manuel Lage.

Estos doctores, algunos autodidactas y otros formados en la universidad, eran recibidos en las aldeas con honores y con bajos salarios. Los medios de los que disponían para curar a los enfermos eran escasos y constantemente tenían que lidiar con los poderes que gobernaban las villas en las que trabajaban. Las infraestructuras y las condiciones climáticas complicaban la labor.

Todos los médicos que ejercieron en Maceda como doctores rurales eran originarios de la propia villa, lo que no era un hecho muy frecuente en otros puntos de Galicia.

El museo es el primero de España dedicado a la figura del médico rural. La exposición cuenta con más de 2.000 piezas. "Durante la etapa profesional fui reuniendo yo algunos y, a través de contactos, obtuve el resto de aparatos que me faltaban", comenta el doctor Lage. Las tres piezas más importante de la muestra son el primer ecógrafo que hubo en Ourense, un monitor de electrocardiogramas antiguo y el aparato de rayos X, pionero en la provincia ourensana y que manejaba un macedano llamado Juan Vidal. "Era portátil y revelaba en una furgoneta las radiografías", aclara José Manuel. "Pero para mí la que tiene más mérito es una olla en la que una señora hervía las jeringuillas".

Cuarenta años dedicó a la medicina el doctor Lage. "Empecé en A Coruña estando seis años en el hospital Juan Canalejo pero a mí me gustaba la medicina rural. Salió una plaza para Maceda y me la concedieron", certifica el doctor.

Para José Manuel volver a casa como médico era poder convertirse en "un profeta". Los vecinos lo acogieron con cariño y pudo sentir de cerca el vínculo que se estrechaba entre el facultativo y sus pacientes en el ámbito rural. "Maceda me ha dado mucho, siempre fui muy feliz aquí", apunta Lage.

Los centros de salud en Ourense tuvieron su aparición en los años 90. Los doctores dejaron de viajar por los caminos para tener un sitio fijo en el que ejercer su profesión junto a otros compañeros, y con más avances médicos. "Yo inauguré el ambulatorio de Maceda y estuve tres meses sin agua, calefacción ni nada, pero me mantuve hasta que al final conseguí que me la pusieran", asegura. "Acabé mi carrera en ese mismo centro. El último día que fui al trabajo lloré porque lo sentía como el primero", lamenta el doctor.

Desde su jubilación siempre tuvo en mente abrir un museo en el que se homenajeara al médico rural y en el que se le diera la importancia que esta figura tiene en la historia de la Galicia rural.

Los recuerdos de la profesión

En la vida de cualquier profesional hay momentos de luces y otros en los que las sombras son las protagonistas. Los médicos rurales trabajaban las veinticuatro horas del día durante todo el año. En ese tiempo las vivencias eran fundamentalmente buenas con los pacientes. "Yo tuve momentos de felicidad constante porque me gustaba mucho mi trabajo. Lo más duro es enfrentarte a la realidad de cada día, transmitirle a un paciente una enfermedad o vivir situaciones complicadas en las que haces todo lo posible y se muere el paciente, la profesión nuestra es así", recuerda José Manuel.

Una vida dedicada al paciente

En Maceda le hicieron un homenaje hace unos años para agradecerle el cariño con el que él cuidó a tantos pacientes que pasaron por su consulta. "El trato con la gente y el cariño que yo les tenía y que ellos me tenían a mí lo suplía todo. Eso es un premio", recuerda. La calle en la que nació lleva su nombre y eso "es lo máximo a lo que puedes aspirar". Hoy es José Manuel Lage Parente quien homenajea a su profesión y a toda la villa de Maceda con la apertura del Museo del Médico Rural. "Está orientado a los centros escolares para que vengan a verlo porque está todo documentado y detallado. También a los médicos que estén en período de formación para hacerles ver que la medicina rural es importante", afirma. "Pero sobre todo a los niños que es por donde hay que empezar", reitera el doctor Lage.