La magistrada Ángeles Lamas, de la Audiencia Provincial de Ourense, impone 16 años de prisión por asesinato con alevosía a Óscar Estévez López y Eduardo López Fernández, los dos acusados del crimen de A Esmorga, la muerte violenta de Alexandru Walter Boghiu, de 22 años, en diciembre de 2014 en el canal de O Viñao (Boborás). Los dos asesinos, condenados además a indemnizar a la madre, Constanta Paula Boghiu, con un total de 106.000 euros entre los dos, permanecen en libertad desde 2016 -Eduardo, desde marzo; Óscar, desde junio-, una medida ratificada por la jueza tras el veredicto de culpabilidad del jurado, por mayoría de 7 de 9 votos. Están pendientes de resolver los recursos de la Fiscalía y de la acusación particular, que solicitan el ingreso en prisión y alertan del riesgo de fuga.

Los hechos probados de la sentencia coinciden con el objeto de veredicto que analizó el tribunal popular: 28 puntos que apuntaban a 4 posibles interpretaciones: un asesinato con implicación de ambos -la tesis que finalmente se impuso-, un homicidio con dos autores, un homicidio solo a manos de Óscar o una fatalidad. La noche de fiesta que empezó en pubs de O Carballiño la madrugada del 19 al 20 de diciembre de 2014, degeneró en violencia en la casa de Eduardo, en Cameixa (Boborás), y finalizó con un crimen en el canal de O Viñao, al que Alexandru fue arrojado cuando todavía estaba vivo. Los dos son coautores, ambos lo planearon. La víctima estaba "desvalida" tras la paliza previa que sufrió y por la superioridad numérica y física de los dos encausados. Indefensa en un paraje "apartado". Eso explica la alevosía.

La magistrada considera que el jurado "ha cumplido con creces el deber de motivar de manera sucinta concretando los elementos de convicción en base a los cuales consideran probados los hechos". En la vivienda de Eduardo en Cameixa, Alexandru, que a lo largo de la noche había tomado alcohol y éxtasis, profirió expresiones humillantes y vejatorias hacia la mujer e hija de Óscar. Forcejearon en el patio y el acusado lo empujó y le golpeó la cabeza contra el suelo, además de propinarle varios puñetazos. Eduardo y su entonces mujer -ella estaba durmiendo en la parte superior y bajó para exigir que finalizase la trifulca-, desinfectaron las heridas que tenía el joven a consecuencia de los numerosos golpes recibidos. Un chico que fue detenido pero quedó exculpado al prescribir la causa contra él por lesiones limpió con una manguera la sangre del patio, tras la paliza. La mujer de Eduardo se fue con sus hijos y el testigo decidió marcharse también. Los asesinos se quedaron con la víctima, ya maltrecha.

Sobre las 9 horas del 20 de diciembre de 2014, una vez que Óscar y Eduardo se quedaron solos con la víctima en el patio de la casa, "decidieron ejecutar el plan para acabar con la vida" del joven rumano. Los acusados "decidieron llevarse a Alexandru del lugar, metiéndose los tres en el vehículo de Óscar, poniéndose Eduardo a los mandos del vehículo". Óscar se introdujo con Alexandru en el asiento trasero, "donde continuó golpeándolo durante el trayecto". Los dos acusados, "conocedores de la zona y con el fin de anular cualquier posibilidad de defensa de Alexandru, lo llevaron a un paraje apartado, y donde apenas hubiese circulación a esas horas. Lo trasladaron al canal del Viñao con la clara intención de tirarlo al río y causar así su muerte".

Pese a que los dos son coautores y planearon el crimen, fue Óscar quien agredió a la víctima en la casa y de nuevo en las proximidades del río, y fue también quien lo arrojó al cauce, desde una altura de más de 4 metros. Actuó "con la anuencia de Eduardo, el cual no hizo nada para evitar la muerte de Alexandru previamente planeada reforzando con su presencia la intimidación de la víctima". El jurado considera probado este papel "por su pasividad mostrada a lo largo de la noche".

Alexandru aún seguía con vida, pero en muy mal estado. Fue arrastrado por la corriente, falleciendo en el agua, con un severo traumatismo cráneo encefálico. La causa del fallecimiento fue una asfixia por inmersión. El jurado, sin embargo, acepta que Eduardo "fue unos metros más adelante donde había un puentecillo, desde donde bajó al canal a fin de intentar ayudar a Alexandru, sin conseguirlo dada la corriente del agua".

Atenuante simple de alcohol

La Fiscalía y la acusación particular solicitaron una pena de 17 años de cárcel tras la lectura del veredicto. Las defensas propugnaban la mínima, de 15 años. La magistrada impone finalmente 16, aplicando una atenuante simple de consumo de alcohol. La Guardia Civil bautizó el crimen como "A Esmorga" por las similitudes con la novela cumbre de Blanco Amor: la juerga degeneró en violencia y muerte. La sentencia considera acreditado que los asesinos, "cuando cometieron los hechos delictivos estaban bajo los efectos de una intoxicación etílica que disminuía de forma leve su capacidad de comprender la ilicitud del hecho y de actuar conforme a dicha comprensión".

Además, valora que, al considerar el jurado que Eduardo intentó ayudar tras la caída, "ha de estimarse que ambos trataron de auxiliar a Alexandru y ello ha de tener su reflejo en la fijación concreta de la pena. También ha de ponderarse el hecho de que Eduardo, aun sabedor de que era inminente su detención, se presentó en el cuartel procediéndose a su detención. En cuanto a Oscar, si bien es cierto que cuando fue detenido posiblemente pretendía huir puesto que tenía amontonada varias prendas de ropa en su vehículo, lo cierto es que una vez detenido fue quien condujo a los agentes al lugar del crimen".

El jurado tuvo en cuenta las periciales y las declaraciones de la Guardia Civil, además de varios de los testimonios que se oyeron a lo largo de 9 sesiones de juicio. El forense Fernando Serrulla apreció un "contexto homicida". Es la misma impresión que obtuvieron los investigadores de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Ourense cuando encontraron ADN de la víctima en mitad de la carretera y en la barandilla, evidencias para los agentes de que el joven intentó escapar y resistirse a la caída al agua.

"Los jurados con su valoración probatoria fundamentada en los elementos de convicción desechan de manera excluyente la versión de la parada accidental", expone la sentencia. Óscar dijo que Alexandru le clavó en el coche un objeto cortante, "y si bien le fue dispensada el día de su detención asistencia sanitaria por un corte, en el vehículo no se hallaron restos de sangre". Asimismo, los jurados "descartan de manera excluyente la versión de Oscar consistente en que él y Alexandru se pelearon en el suelo en la zona donde hay terreno con ligera pendiente, fueron rodando, y cuando Alexandru iba por encima de él, Oscar pegó en el muro de hormigón y Alexandru se precipitó al canal". Su versión de que Alexandru estaba gravemente intoxicado y por eso no pudo salir por sus propios medios del canal, no es "admisible" dado que "Óscar le había dado una soberana paliza a Alexandru, causándole lesiones no mortales pero sí dolorosas y molestas, y lo arrojó al canal desde una altura considerable".