Decenas de niños con edades de los 0 hasta un máximo de 18 años pasaron durante más de tres décadas por el hogar que las Hermanas de la Caridad regían en Mariñamansa.

"Hasta allí nos llegaban desde niños muy pequeños luego como mucho de tres años, a adolescentes y nuestra labor, con la ayuda ya en estos últimos años de pedagogos y personal de apoyo seglar, era sacarlos adelante, darles formación cariño y ayudarlos para el momento en el que fueran adoptados, o bien que volvieran a su familia porque el problema, normalmente hogares desestructurados se había solucionado", explica Sor Sara.

Es una de las tres religiosas, en este caso auténticas "madres" para varias generaciones de niños y niñas de la ciudad que, junto con Sor Ramona y Sor Carmen han llevado la rienda de este hogar de las Hermanas de la Caridad , que hoy dejan su cometido en la ciudad, y recibirán un homenaje precisamente en la Parroquia de San Pío X, al que asistirán algunos de aquellos niñas y niños, hoy ya padres y madres de familia, que ellas ayudaron a sacar adelante.

"Tomé los hábitos y soy la única que me quedaré en Ourense en ese caso en el colegio de La Purísima ayudando aunque ya como profesora porque me he jubilado", explica la hermana Sara. "Pero seguirá adelante atendiendo a estos niños que le lleguen cada año, con ayuda de la Xunta, advierte. Recuerda que esa casa de Mariñamansa que sigue gestionando Fundación Bauquivi, "se puso en marcha con ayuda de un matrimonio que dejó legado a su muerte que el edificio se dedicara a acoger a niñas huérfanas de madre pues en aquel momento (hace 33 años) los padres no eran capaces de sacarlas adelante y cuidarlas", explica la monja. De inmediato el centro se hizo mixto para atender a niños tanto huérfanos como de familias con problemas para atenderlos.

Desde entonces "han pasado por el centro una media de 14 niños al año, de los cuales 10 estaban internos y 4 eran atendidos durante el día mientras sus familias podrían trabajar. Reconoce que "nos ha quedado contacto con la mayoría de ellos, porque éramos como una familia y la nuestra fue siempre un hogar abierto".