"¿Por qué hay unas desapariciones y víctimas de primera y otras de segunda? Nos sentimos discriminados". En el cuarto aniversario del asesinato de la ourensana Socorro Pérez, cuya causa judicial lleva 11 meses archivada provisionalmente, la familia se reunió este mediodía en el cementerio de San Francisco para recordarla, pedir justicia y criticar la desatención de las autoridades con el caso. Los allegados censuran un "abandono patente" de autoridades y denuncian "un agravio comparativo" con otros casos de crímenes de mujeres en los que se volcó el esfuerzo de medios humanos y técnicos de la Policía. Se preguntan "por qué a efectos de investigación de medios el caso de Socorro fue tratado como de segunda o tercera división". Sostienen que "no hubo un trato igualitario" respecto a otras muertes y desapariciones "que están en la mente de todos".

El último contacto con ellos fue en septiembre, una reunión con el subdelegado del Gobierno en Ourense, Emilio González, en la que el político no trasladó "ningún tipo de compromiso", según el primo de la víctima y portavoz, Jesús Pérez. "El apoyo sentimental y emotivo ha dejado mucho que desear". El malestar de los allegados es notorio: "Somos gente trabajadora, honorable y que buscamos el bien común y la justicia social. Siempre me preguntaré por qué hay muertos de primera y de segunda", reiteró Pérez.

El cuerpo de Socorro no fue localizado hasta 33 días después del crimen. El tiempo transcurrido a la intemperie y expuesto a alimañas en el monte impidió el hallazgo de rastros genéticos que incriminaran al autor. La Policía barajó al principio la posibilidad de un suicidio pese a que la familia siempre la negó. Volcaron la búsqueda en el Miño fiándose de un testigo que dijo haber visto a Socorro volver del río hacia O Couto, donde residía. Esta persona se desdijo semanas después. Los allegados de la víctima reclaman al Gobierno que "ponga todo lo humano y científico habido y por haber para que este caso se resuelva de una vez".

Transcurridos cuatro años de su desaparición, la familia se aferra ahora a "un golpe de suerte" que permita a los investigadores esclarecer este caso tras cuestionar la falta de diligencia que hubo por parte de la policía para con este suceso respecto a otros más recientes. El portavoz no ahorra críticas: "Las cosas se hicieron muy mal, hubo una negligencia palmaria por parte de la comisaría de Ourense unida a un gran desinterés y, por desgracia, estamos pagando las consecuencias".

La última concentración mayoritaria celebrada en la ciudad en señal de repulsa por asesinatos machistas se produjo en diciembre de 2018, en el pabellón de Os Remedios por el asesinato en la provincia de Huelva de la joven profesora zamorana Laura Luelmo. La familia echa en falta más reivindicación de la sociedad ourensana, en concreto de los colectivos y asociaciones que defienden la igualdad de género y la lucha contra la violencia machista, no dejará de clamar por que haya justicia: "Seguiremos año a año. Que nadie piense que nos vamos a callar. Mientras este tema esté dormido y sin esclarecer, familiares y amigos continuaremos exigiendo justicia social".

El acto de homenaje a la víctima ourensana ante su tumba en San Francisco consistió en una ofrenda floral con un minuto de silencio y el poema 'Yo voy soñando caminos', de Machado, como cierre. La falta de respuestas -"tenemos una necesidad imperiosa"- y la ausencia de pistas de la Policía agrava su dolor. "La pena es insufrible. Este caso atañe a todos. No olvidemos que es posible que el asesino o asesinos convivan entre nosotros sin que lo sepamos. Hace 4 años fue Socorro pero mañana puede ser cualquiera. Seguiremos, Socorro. No te abandonaremos jamás. Te llevamos en el corazón y estaremos siempre y para siempre a tu lado" recordó el familiar.

"No avanza, es decepcionante"

En el acto de homenaje frente a la tumba de Socorro estaban amigos y compañeros. "La sensación es malísima. Son 4 años sin que se sepa nada de nada, es tremendo. Se perdieron al principio y dejaron este caso de lado", lamenta Margarita Vecino, que trabajaba con Socorro en la Universidad Laboral. Maricarmen Yáñez es prima además de compañera de la ourensana. "Es muy triste y penoso que a estas alturas, después de 4 años, estemos así. Estamos desolados porque vemos que no avanza. Es bastante decepcionante".