La defensa de uno de los dos conocidos en prisión investigados por el presunto homicidio por la herencia materna de Fernando Iglesias Espiño -de Silleda y 63 años, triple asesino de mujer e hijos en Gran Canaria en 1996, al que solo le quedaban poco más de dos años por cumplir de una condena de 25- solicitó su puesta en libertad con varios argumentos entre los que se incluía que la identificación del fallecido no está clara del todo. La letrada aludía a un informe biológico del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses que expone que el perfil genético extraído de un hueso y un diente del cadáver no encaja con el del hermanastro por parte de madre, según la base de datos. La Fiscalía y la Guardia Civil tienen la convicción de que el cuerpo es del preso en base a evidencias como una prótesis en una pierna. El forense lo atestiguó a las autoridades "en un 99%", según las fuentes. La Audiencia Provincial ha resuelto la apelación manteniendo la prisión preventiva, sin entrar al fondo. La Sala subraya "los claros indicios incriminatorios que existen en contra" de Francisco Javier G. H.

El tribunal expone que "el juez instructor ha motivado suficientemente la decisión que adopta y lo hace en base a fines constitucionalmente legítimos; así, pone de manifiesto los claros indicios incriminatorios que existen en contra del aquí recurrente, tanto por la observación del atestado policial como por el resultado de las diligencias de investigación llevadas a cabo". La Audiencia Provincial considera imprescindible mantener entre rejas al investigado -junto a Óscar G. L., que también está preso y quien desveló el lugar del enterramiento de la víctima- para que no se dé a la fuga. El crimen fue en agosto.

"Unido a la naturaleza y gravedad del delito, así como la fase procesal en que se encuentran las diligencias, la racional y potencial sustracción del investigado a la acción de la justicia determinan la procedencia de la medida de prisión", dice la sala.

El juez inicial del caso ordenó el ingreso en prisión de ambos en diciembre tras localizar la Guardia Civil el cuerpo enterrado de la víctima en una fosa de un monte de Piñor. Presuntamente lo mataron el 13 de agosto de 2018 de un golpe en la cabeza en una granja de pollos de Maside, regentada en alquiler por Francisco Javier, donde Espiño iba a trabajar y a pasar el tiempo durante sus permisos de salida en tercer grado.