Han pasado nueve días desde que el fuego se llevó por delante la caravana en la que vivía una familia de feriantes de Taboadela y el teléfono sigue sonando. Llaman asociaciones, entidades y personas anónimas que quieren poner su grano de arena en la reconstrucción de la vida de Noelia Chavaud, Nazaret Montes y sus dos hijos menores. Esta marea solidaria les ha dado fuerza y se han quedado sin palabras para agradecer el apoyo recibido.

La colaboración desinteresada con este matrimonio y sus dos niños pequeños, uno de nueve años y otro un bebé de un mes, está siendo tan grande que ha obligado a la familia a organizar espacios para poder recibir y clasificar las cajas con comida que reciben cada día y que todavía están por llegar.

Las últimas las entregaron ayer en Ourense miembros del club Moteros Solidarios, que con un simple mensaje interno en su grupo de Whatsapp, consiguieron en pocos días ropa y juguetes para los niños.

La secretaria de esta asociación, María Jesús Saa, explica que al conocer la situación en la que se quedaba esta familia tras el incendio de su vivienda caravana, propuso en el grupo enviarles alguna ayuda. Al día siguiente empezaron a recibir ropa para toda la familia y cosas para el bebé. "Desde Moteros Solidarios intentamos ayudar siempre y la respuesta de los compañeros es inmediata, queremos romper con esa imagen de los moteros como tipos duros, con tatuajes y metidos en peleas". Y como el incendio del lunes 7 se llevó también los juguetes, los Moteros Solidarios prepararon otra caja con juegos y peluches que recogieron en la campaña de Reyes "para alegrarles el momento tan duro que están pasando".

La cuñada de Noelia, Mara Cristina dos Ríos se ocupa de la logística y está impresionada por el caudal de apoyos que la pareja ha recibido tras perderlo todo en el incendio: "La gente ha respondido muy bien y ahora mismo estamos desbordados; las necesidades principales ya están cubiertas con lo que nos han mandado, no podría enumerar todas la asociaciones que han colaborado; lo que queremos es contactar con alguna ONG para donar todo el material que sobra", explica.

Para el bebé han llegado dos o o tres carritos, varias cunas, pañales y tanta ropa "que va a crecer antes de poder ponérsela toda", explica Mara. Por eso han decidido compartir la solidaridad que han recibido seleccionando lo justo "para ir tirando" y el resto donarlo a otras familias que también estén en apuros. "Tenemos un bajo lleno de material y un furgón que ya no pudimos descartar", asegura.

Por el momento, la familia se ha alojado en la casa de los padres de Noelia, mientras la pareja busca una vivienda de alquiler para poder iniciar una nueva etapa. El problema es que se ganan la vida como feriantes, por lo que solo perciben ingresos durante cuatro meses. "Por eso vivían en la caravana, porque no tenían recursos para alquilar una casa", relata Mara. Además de las ayudas que llegan desde las diferentes organizaciones, entre ellas el CEIP Seixalbo, la asociación de vecinos San Breixo o diferentes clubes de fútbol, el Concello de Taboadela ha abierto una cuenta bancaria para donaciones. "Con el dinero podrán empezar pero también necesitan comprar una caravana para cuando empiecen las ferias". La solidaridad ha sido enorme; "ahora lo que necesitan es un trabajo", señala Mara.