"Para nosotros la visibilización del colectivo es muy importante, fundamental. Debemos trabajar en dar a conocer a la sociedad todas las potencialidades que tiene una persona con discapacidad intelectual. Si la ciudadanía desconoce las problemáticas de estas personas es complicado que se produzca la inclusión. Pero si visibilizamos y trabajamos con todos los grupos de interés externos, como las empresas, las entidades sociales y los medios de comunicación, lograremos que la inclusión sea cada vez más efectiva. Es un trabajo que hay que hacer", destaca Sergio Regueiro Núñez (Santiago de Compostela, 1975), gerente de Aspanas, una asociación que busca la calidad de vida de las personas con discapacidad intelectual de Ourense desde 1966.

En 2018 emprendieron una nueva etapa con una junta directiva renovada el pasado mes de junio. Son ocho personas que marcarán el rumbo de la entidad durante un mandato de cinco años. En la actualidad, la organización asistencial cuenta con 140 usuarios adultos, con edades comprendidas entre la veintena y la vejez. Aspanas está sostenida por 87 socios numerarios -con derecho a voto- y 39 socios colaboradores.

Un porcentaje del 1,5% de la población de la provincia de Ourense padece alguna clase de discapacidad de tipo intelectual. Son 4.638 personas: 2.371 hombres y 2.267 mujeres, según los datos de la Consellería de Política Social al cierre de 2017. En toda Galicia el colectivo está formado por 44.965. Familias y entidades luchan a diario contra la exclusión, para favorecer la autonomía personal así como la integración social y laboral.

El principal objetivo de Aspanas "es, a grandes rasgos, desarrollar servicios de acuerdo a un modelo de vida que tenga en cuenta la planificación centrada en la persona. Este es un trabajo a largo plazo", asegura el gerente. "La idea es transformar poco a poco los servicios que prestamos para centrarlos en las personas con discapacidad intelectual. Requiere recursos y cambios tanto a nivel organizativo como a nivel social que favorezcan la transformación de los servicios, además de que el rol de ciudadanía plena se asuma y los apoyos sean los más personalizado posibles para que se favorezca la inclusión", dice Regueiro.

"Las personas con una discapacidad intelectual necesitan unos apoyos u otros, porque cada caso es diferente. En función de los que facilitemos van a conseguir los retos que se propongan. La base está en la red de apoyos, que pueden encontrarse dentro de la organización, en el ámbito familiar o en la sociedad en genera. Eso es lo que hay que trabajar para conseguir en un futuro la ciudadanía plena. Debe incidirse en una línea de reconocimiento de los derechos desde un punto de vista ético, mostrando a la sociedad que las personas con discapacidad intelectual pueden aportar".

En esta nueva etapa la entidad quiere incrementar la participación de los asociados en las actividades y se ha marcado retos a corto plazo. Uno de ellos es aumentar el número de plazas en el centro asistencial de A Peroxa, que actualmente dispone de 30 para personas con necesidades de apoyo extenso más otras 11 para usuarios con necesidades de apoyo límite, que necesitan ayudas puntuales. Estos tienen su residencia en A Peroxa y el taller ocupacional en el centro de Velle.

"Otro objetivo inmediato es promover un grupo de autogestores, para que las personas con discapacidad intelectual debatan sobre sus preocupaciones y todas las cuestiones que les afecten. Está previsto que este año se ponga ya en marcha", expresa el gerente, con una diplomatura en Ciencias Empresariales y un máster sobre las entidades sin ánimo de lucro.

Aspanas cuenta con un centro especial de empleo con 10 trabajadores, 7 con discapacidad intelectual, para labores de jardinería, limpieza y transporte. La entidad reconoce que la inclusión en empresas, a través de prácticas y convenios, "es una forma de inclusión sociolaboral muy favorecedera, que en estos momentos no está planificada pero constituye uno de los objetivos a medio-largo plazo".

El papel de la administración

En opinión de Sergio Regueiro, gerente de Aspanas desde abril del año pasado, la administración tiene un papel relevante que va más allá de la contribución económica con las entidades sociales para que puedan desempeñar su labor y atender las necesidades de las personas con discapacidad intelectual y sus familias. "Las entidades debemos ir de la mano con la administración, que tiene que apoyar económicamente a las entidades pero también favorecer cambios legislativos que promuevan que, cada vez más, las personas con discapacidad puedan ejercer sus derechos de la mejor manera posible". Aspanas cuenta con todas sus plazas concertadas con la Xunta. "A nivel económico la administración sí está respaldando, aunque sería conveniente que la partida se incrementara".