La presentación esta misma semana por parte del Concello de Ourense de la ordenanza municipal que prohibirá directamente la práctica del botellón así como el consumo de alcohol en la calle, salvo en terrazas o fiestas autorizadas, responsabilizando además de forma directa a los hosteleros, incluso con sanciones, de la conducta de aquellos clientes que salgan del local a beber en la calle, ha dividido al sector. Una parte de los hosteleros cree que las propuestas de la norma municipal, pendiente aún de debate y aprobación pleno, son "irrealizables" y la Federación Provincial de Hostelería de Ourense, cuyo presidente Ovidio Fernández afirma que "es necesario un largo consenso antes de llegar a acuerdo".

Según Ovidio Fernández Ojea "es razonable que un problema de hace tantos años, como el ruido nocturno provocado por estas concentraciones de personas moleste, y también que se haga una ordenanza para evitar que los consumidores sean menores de edad, pero hace falta mucho diálogo previo para que esa ordenanza del botellón no dañe a nadie, y respete el derecho de unos a disfrutar y el de los hosteleros a defender su negocio".

De hecho y pese a su "total apoyo a una normativa que prohíba el botellón cuando este sea molesto para el resto de los ciudadanos, genera suciedad, daños al mobiliario público máximo cuando los que consumen alcohol sean menores", recuerda que hay un derecho también no solo de los vecinos sino de los visitantes "que vienen buscando entre otras causas nuestra buena hostelería, tener una zona par el disfrute, y también es bueno recordar que la hostelería tiene más de 4.000 locales de toda la provincia con todo la economía que esto genera".

El Concello, en su afán de controlar el consumo de bebidas alcohólicas en los espacios públicos aprobó, en la junta de gobierno local del jueves el proyecto de "Ordenanza reguladora de la convivencia cívica y la protección de la salud derivada del consumo, venta, publicidad y promoción de bebidas alcohólicas en el espacio público", llamada a "ordenanza del botellón", que "prohibirá expresamente la practica del botellón en los espacios públicos" e incluye multas que van desde los 601 a los 10.517 euros para los que incumplan, incluidos los hosteleros.

La ordenanza incluye como dijo el alcalde "una apuesta por la prevención y recoge medidas preventivas en el ámbito escolar, familiar, comunitario y sanitario".

El peso de la hostelería

"También puede molestar el ruido de las personas que están sentadas en un velador autorizado", repite Fernández Ojea y "sin conocer a fondo esta ordenanza, tan necesaria, el Concello y todos los sectores tendrán que tener mucho diálogo, pues tampoco hay que olvidar que esos 4.000 locales de hostelería, que deben cumplir, y ya cumplían normas, generan un 12% de los puestos de trabajo local, y casi también un 12% del Producto Interior Bruto del país", indica el presidente de la Federación Provincial de Hostelería.

Otros hosteleros de la noche consideran que pese al ruido que genera ya una ordenanza que es solo un proyecto sin aprobar, "poco o nada se puede hacer para aplicarla, pues delegan la vigilancia en la Policía Local y con la escasez de agentes en turno de noche el control de infracciones va a ser irrealizable".