De norte a sur, desde el amanecer al ocaso, de una ciudad a una parroquia de montaña, un continuo de charangas, orquestas, grupos, gaiteros o discomóviles recorren ayer y hoy Galicia en una fiesta sin fin en todas sus latitudes. Se celebraron 115 fiestas y verbenas el 15 de agosto, 25 en la provincia de Ourense, las mismas que en Lugo, 20 en Pontevedra y 45 en A Coruña. El día que el dogma católico dedica a la Asunción de la Virgen representa, junto al de hoy, fiesta de San Roque -más de un centenar de eventos en la comunidad-, el 25 de julio -Apóstol Santiago- y el 8 de septiembre -Remedios y Milagros-, el evento más celebrado en un calendario de eventos repleto durante el verano. Una de las manifestaciones más arraigadas de la cultura popular gallega, que combina creencias religiosas con menús generosos y fiesta desde primera hora hasta la madrugada, resiste pese a las mayores dificultades que encuentran las comisiones organizadoras para mantener la tradición ante normas más restrictivas, un carrusel de gastos e impuestos, y la crisis del rural, con menos población y más envejecida, si bien el retorno de emigrantes y oriundos revitaliza la aldea en verano.

"Esta es la cuarta vez que me toca tener la fiesta y la verdad es que es más difícil todo. Gracias a que la agencia se mueve y nos soluciona", dice un integrante de la comisión de Amoeiro, donde hoy finalizan cuatro jornadas de programa, en honor a Santa María y San Roque, en las que destacaron las actuaciones de Tania Veiras, la orquesta Cinema y el concierto, ayer, de Lucía Pérez como gran colofón. "Antes se ingresaba más en aportaciones de los vecinos. Estos ingresos son más bajos y es necesario moverse más buscando publicidad o con el bar".

La tradición puede peligrar porque al trabajo que requiere la organización de una celebración patronal con fiesta y verbena -jornadas interminables y varios días durmiendo poco, más semanas de preparativos previos y varias gestiones a lo largo del año- se suman las trabas administrativas. El 2 de julio entró en vigor la Lei de Espectáculos de Galicia, que exige a las comisiones una declaración de responsabilidad y un seguro de responsabilidad civil.

"Excepto problemas puntuales con algún concello que está exigiendo más de lo que exige la ley, la valoración tras mes y medio es positiva. Respecto a la organización que compete a las comisiones, la normativa es muy clara. La disposición adicional cuarta está hecha para dar un tratamiento específico a una realidad de Galicia con el objetivo de no dificultar la labor para que no redunde en la pérdida de fiestas y una menor actividad económica asociada", defiende el director xeral de Emerxencias, el ourensano Luis Menor.

"A las comisiones solo se les exige una declaración responsable en la que relaten el programa y las características de las actividades que van a realizar. El modelo está en la web de la Fegamp y la de la Dirección Xeral de Emerxencias e Interior. La segunda cuestión que se exige es la contratación de un seguro de responsabilidad civil, para la obligación de responder por los daños que puedan ocurrir en una fiesta, como una caída, y que puedan dar lugar a reclamaciones . Se trata de ser responsables ante cualquier vicisitud que pueda suceder, y teniendo en cuenta que los profesionales musicales y de las atracciones también deben cumplir sus requisitos. No se puede optar a mirar a otro lado. Cuando se contrata una orquesta de 10.000 euros, reservar 200 o 250 para un seguro no es algo oneroso, sobre todo cuando además de las gestiones se encarga la agencia", explica Menor.

Un empresario con 27 años de experiencia y más de 30 orquestas en su cartera -pide el anonimato- asegura que el sector está "disgustado" y que la nueva norma de espectáculos, cuya aplicación pide que se simplifique, "está influyendo negativamente". Según critica, "se están poniendo trabas y todo tipo de requisitos para poder lograr un permiso. Nos están haciendo la vida imposible. En Galicia 4.000 familias viven de esto: pirotécnico, Seguridad Social, pulperos, feriantes, representantes, 400 o 500 camiones circulando... Todo el mundo vive de este sector y se crea riqueza en los pueblos. Es como si quisieran destruir algo tradicional de Galicia. Si vamos a una huelga a ver qué pasaría", denuncia. Este responsable afirma que hay fiestas populares que este año han dejado de celebrarse.

Seguro, pago con IVA y SGAE

Las comisiones -en muchas parroquias, vecinos que se dan cada año el relevo- deben estar constituidos ante la delegación provincial de la Xunta como una asociación, con estatutos adaptados a la normativa vigente y una junta directiva. Son pequeñas empresas temporales que tienen responsabilidad jurídica y que, al ejercer como agentes culturales que contratan formaciones, están obligadas a abonar los pagos con factura -asumiendo el IVA-, así como la tasa a la SGAE por los derechos de autor, el pago del generador eléctrico y la adquisición de comida y bebida, entre otros gastos.

"Es necesario dar vueltas por varias administraciones, cuando el Concello podría centralizar todos los trámites para facilitar la organización, y además dar más ayudas", opina uno de los miembros de la comisión de la parroquia de Viña (Cea), cuyos festejos en honor a la Virgen de los Remedios tienen lugar entre el 7 y 9 de septiembre, con el Trío Pachán amenizando una cena popular, un monólogo de Rodrigo Vázquez, presentador ourensano de la Televisión de Galicia, músicos tradicionales y las orquestas Metrópolis y Alabama.

¿Está en riesgo este modelo, tienen futuro las verbenas en un mercado que cotiza en varios miles de euros numerosas orquestas, con un caché muy elevado para las tres grandes (Panorama, París de Noia y Combo Dominicano)? "Este año el 8 de septiembre es sábado, con lo que el día grande es mucho más caro entre precios, impuestos y gastos. Pero las cuotas no suben y los pueblos tienen cada vez menos gente. La fiesta tal y como es ahora peligra", dicen en Viña.

Hubo un antes y un después en el mercado de la causa de Hacienda y la justicia contra Ángel Martínez, "Lito", el mayor empresario del sector, condenado en marzo a 12 años de prisión por delitos fiscales millonarios -la sentencia no es firme y está recurrida en el Supremo-, y absuelto en abril en otra causa. "Es una mala interpretación, esos 25 millones los cobraron las orquestas. Se aclarará", defiende el empresario consultado.