Para extraer piedra de su cantera de granito en el municipio ourensano de Carballeda de Avia, usaban pólvora de fabricación casera, sin contar con la autorización de explosivos obligatoria y otra documentación como el libro de registro. La Guardia Civil, que hace inspecciones periódicas al sector, detuvo al propietario y a un empleado como presuntos autores de un delito de fabricación, tenencia y uso de material explosivo. El juzgado de Ribadavia decretó su puesta en libertad provisional como investigados, según indican fuentes próximas al caso. La cantera estaba ayer sin actividad.

Los dos varones, el dueño de 43 años de edad, y el trabajador de 25, ambos con domicilio en Ribadavia, fueron detenidos el 14 de julio. La Guardia Civil tuvo conocimiento de que en la cantera dedicada a la extracción de piedra se estaban utilizando explosivos sin autorización, porque los cortes de la piedra no eran compatibles con la extracción sin pólvora. Los agentes hicieron varias vigilancias para comprobar si existían irregularidades.

El día de la detención, los guardias observaron a los detenidos introduciendo presuntamente pólvora de fabricación casera. Perforaban e introducían unas bolsas con el explosivo ilegal, como los propios investigados admitieron. Los agentes detuvieron a los sospechosos y se incautaron de 1,4 kilos de pólvora casera, que fue destruida por especialistas en explosivos del cuerpo, de Pontevedra.

El alcalde de Carballeda de Avia, Luis Milia, no tenía conocimiento ayer de que hubiera irregularidades en ninguna de las canteras. Cuando se plantea una explotación de este tipo, la empresa tiene que presentar en el ayuntamiento el denominado plan de labores, en el que se detallan aspectos de la actividad como el tipo de extracción, la maquinaria o el número de empleados. La memoria se remite a la Consellería de Industria para un informe preceptivo, previo a la licencia. Pero además, la Subdelegación del Gobierno se encarga de la concesión de las autorizaciones de manejo de explosivos. La Guardia Civil lleva a cabo el control rutinario de las explotaciones para detectar irregularidades.