La acusación por el vertido tóxico que diezmó el Barbaña en junio de 2009 se rebaja notablemente. La Fiscalía, la Abogacía del Estado y la acusación popular retiraron hoy la acusación contra dos de los cuatro acusados de la empresa Espina y Delfín, gestora de la depuradora de San Cibrao das Viñas que no pudo frenar la contaminación que mató 17.000 peces. Quedan libres Manuel C. M., operario de limpieza y mantenimiento de la EDAR de San Cibrao y Pablo R. P., técnico encargado del control de funcionamiento de las instalaciones de aguas residuales en la empresa.

A la espera de los informes de conclusiones, que mañana ponen fin al juicio, ya solo se enfrentan a la posibilidad de una condena Rosa B. R. G., la administradora solidaria de Espina y Delfín y Enrique J. I. P. , que desempeñaba hasta su jubilación las funciones de jefe del servicio en la planta. Además, las acusaciones públicas rebajan la petición de 3 años y 4 meses de cárcel a 1 año de prisión y multa de 4 meses a 6 euros diarios, más 6 meses de inhabilitación. Tienen en cuenta como atenuante (de dilaciones indebidas) los 9 años de tardanza hasta el juicio. La acusación popular de Plataforma Ríos Limpios mantiene la petición contra ambos de 3 años y 4 meses. Las defensas solicitan la libre absolución. Espina y Delfín niega irregularidades y culpa del desastre a una empresa del sector de los lacados que no pudo ser identificada.

Los expertos confirmaron hoy que el vertido fue devastador, corrosivo y mortal para la fauna. Murieron 17.013 peces y se vieron afectados 5 kilómetros de río.