La Xunta de Galicia ha procedido a la licitación el pasado martes, día 14, de la reforma general del sistema eléctrico de la catedral, por un importe de más de 320.000 euros, según anunció ayer el titular de la Consellería de Cultura, Educación e Ordenación Universitaria, Román Rodríguez durante la visita que hizo a la basílica ourensana. La actuación aparece reflejada en el Diario Oficial de Galicia.

El conselleiro resaltó que esta actuación tiene dos vertientes. La primera es "de seguridad", por la antigüedad de la instalación, y la segunda es la puesta en valor del altar mayor, mediante el desarrollo de un proyecto de renovación de la instalación eléctrica y de eficiencia energética. Román Rodríguez estima que las obras estarán acabadas a final de año, pese a reconocer que "son complicadas, porque significa modificar todo el cableado de la catedral".

Entre las muchas deficiencias que arrastra la instalación, el arquitecto de la catedral, Manuel Seoane Feijóo, destaca que parte del cableado "tiene 60 años" y hay "cuadros desfasados y otros están puenteados". Por lo tanto, advierte: "Aquí un accidente sería terrible", porque supondría la pérdida de retablos y de imágenes que tienen un gran valor patrimonial, histórico y religioso. Y pese a lo remotas que puedan parecer, por tratarse de un edificio muy amplio, Seoane Feijó señala que "pueden producirse desgracias humanas".

Román Rodríguez indicó que la Administración autónoma "tiene un fuerte compromiso con la catedral de Ourense. Estamos hablando de una de las joyas del patrimonio monumental de Galicia. Se ha desarrollado un programa de inversión importante en esta catedral, de hasta cerca de dos millones, con las últimas inversiones que estamos realizando".

La Xunta está acometiendo la restauración de la fachada norte, en la que ejecuta obras por importe de 115.000 euros, que tienen el objetivo de poner en valor el rosetón y todo el programa iconográfico de la misma. El conselleiro recuerda que "hubo ciertos problemas con la primera empresa adjudicataria, y eso nos llevó a retrasar en cierta medida la ejecución de la obra". De todas formas, Román Rodríguez calcula que "en torno al verano podamos liberar la fachada norte de los andamios, que llevan tiempo puestos, para poder disfrutar de la fachada".

El obispo de Ourense, Leonardo Lemos, pidió al conselleiro que realice "un esfuerzo" para acabar en la Semana Santa, pero éste último reconoce que "va a ser francamente difícil poder llegar. Hay que tener en cuenta que la primera empresa que tuvo la obra adjudicada, y que renunció al contrato, dijo que tenía una complejidad técnica importante", al actuar sobre "un rosetón de mucho valor" y un conjunto escultórico que requiere "una precisión muy grande en su tratamiento".

La empresa que está ejecutando las obras, retira la cera inyectada en otra restauración realizada hace décadas, que el tiempo ha demostrado que provoca que la piedra se caiga a pedazos por falta de transpiración, al tiempo que inyecta sílice, un elemento que conforma la misma piedra, con la finalidad de fortalecerla.

Román Rodríguez admite que algunas técnicas utilizadas hace años en los procesos de restauración, tanto dentro del ámbito autonómico, como en el conjunto del Estado y a nivel general, "fueron agresivas en su momento y generaron efectos perversos en su aplicación". Por lo que ahora recurren a "nuevas técnicas, para evitar problemas como el que tiene en este momento".

El obispo, Leonardo Lemos, trasladó al conselleiro su preocupación por las filtraciones de agua que se están produciendo en el cimborrio de la catedral, que atribuye a la colocación de hormigón durante alguna obra. Sin embargo el arquitecto tiene la esperanza de que se deba al deterioro de un canalón o a la falta de limpieza de la parte superior, al tratarse de un espacio de difícil acceso.