Natividad Álvarez reconoce que "en ocasiones algunos mayores pueden llegar a pulsar el botón de su terminal para comprobar que hay alguien al otro lado pendiente de ellos; otras veces, por soledad, pero no es lo más habitual, pues cuando llevan tiempo con este servicio están tranquilos, ellos y sobre todo sus hijos, porque saben que siempre va a haber alguien ahí dispuesto a ayudarlos.

El sistema garantiza una atención totalmente personalizada, "pues se hace un estudio de la persona y siempre se propone que haya alguien próximo, un vecino, que tenga la llave de la vivienda del usuario de la teleasistencia", explica Natividad Álvarez.

Esto garantiza que, si tras una llamada el mayor no contesta, alguien pueda comprobar de inmediato si el abonado se encuentra bien. "El protocolo tiene incluso otras fases, de modo que si no hay nadie en ese momento se activa otro protocolo por el que si no hay respuesta telefónica ni nadie que acuda, se activa desde la central llamaríamos si fuera necesario los servicios sanitarios más próximos, policía a bomberos o a cualquier servicio de urgencia que pueda acceder a la vivienda", indica.